Desbaratan una banda que desde la cárcel realizaba secuestros virtuales en Zona Norte

Se trata de siete presos que realizaban llamadas extorsivas con la complicidad de familiares y allegados afuera del penal. Se confirmaron casos en Beccar, Lomas de San Isidro y Olivos y buscan a más responsables.

Siete presos acusados de realizar secuestros virtuales en Zona Norte fueron identificados en las últimas horas tras una investigación llevada adelante por el Área de Investigaciones Criminales de la Fiscalía de San Isidro y por la DDI de ese distrito. Los casos confirmados se dieron en Beccar y Las Lomas, y en la localidad de Olivos, en Vicente López.

La investigación, encabezada por el fiscal Claudio Scapolán, del Area Ejecutiva de Investigaciones Criminales de la Fiscalía de San Isidro, y por detectives de la Delegación Departamantal de Investigaciones (DDI) de ese distrito, culminó con siete presos notificados de su imputación en esta nueva causa y con dos mujeres que intervenían en el cobro de los rescates detenidas.

Los siete reclusos acusados de formar la banda fueron identificados por las fuentes como Lucas Maximiliano Gómez, Juan Víctor Herrera, Joshua Manuel Cachafeiro, Cristian Nicolás Muníz Prieto, Pablo Jesús Netor Castell, Mario Alberto Sánchez y Pablo Nicolás Van Lierde.

Todos ellos fueron imputados por "asociación ilícita y extorsión" y están alojados en la Unidad 37 del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) con asiento en Barker, partido de Benito Juárez. Según la investigación, desde ahí y con teléfonos celulares que tenían escondidos en sus calabozos, cometieron varios secuestros virtuales en la zona norte del Gran Buenos Aires, en particular en Vicente López y San Isidro.

El fiscal Scapolán estableció hasta el momento por intermedio de escuchas que Netor Castell era el cabecilla de la organización ya que se encargaba de conseguir los celulares y los chips desde los cuales se hacían los llamados extorsivos. Además, el acusado determinaba quienes tenían que realizar cada llamado y quien debía ser la persona encargada de cobrar el dinero exigido, de acuerdo a lo manifestado por las fuentes policiales.

Según las fuentes, los otros seis detenidos fueron imputados como presuntos miembros de esta asociación ilícita ya que se hacían pasar por efectivos policiales que le aseguraban a sus víctimas que algún familiar tuvo un accidente de tránsito, por lo que necesitaban los datos de la cobertura médica para su atención.

Al obtener los datos suficientes, la llamada se convertía una extorsión en la cual le exigían dinero y joyas para la liberación del supuesto familiar secuestrado y maniatado, caso contrario lo iban a matar.

De acuerdo a la acusación del fiscal, las encargadas de retirar el dinero eran dos mujeres, parejas de algunos de los presos, que ya fueron detenidas por personal de la DDI San Isidro.
Esas personas iban a la casa de sus víctimas o un remis que no tenía relación con la banda era enviado a la localidad de Jose C. Paz u otro lugar pautado por los interlocutores donde el botín era entregado a alguna de ellas.

El dinero y los elementos de valor eran distribuidos entre quienes ejecutaban el cobro y familiares o allegados a los integrantes del grupo alojados en la Unidad Penitenciaria.
Los secuestros virtuales ocurrieron al menos desde el 15 de noviembre de 2018 hasta el 16 de enero de este año, añadieron las fuentes.

Los cuatro casos confirmados

El primero que comenzó a investigarse sucedió en Las Lomas, partido de San Isidro, donde una mujer entregó 8.000 euros, 10.000 pesos y 200 dólares.

Casi una semana después, otra mujer de la localidad de Beccar fue amenazada porque supuestamente su hermano estaba secuestrado y a cambio le exigieron 4.000 pesos y un reloj.

Otro hecho ocurrió el 14 de diciembre cuando una adolescente de 16 años de Olivos, partido de Vicente López, fue intimidada por teléfono al decirle que entregara objetos de valor a cambio de liberar con vida a su padre, tras lo cual pagó 9.000 dólares que un remisero retiró de su casa.

Por último, cinco días después, un hombre fue intimidado por teléfono porque su padre estaba "secuestrado" y entregó 9.000 dólares, 10.000 pesos y 5.000 pesos uruguayos.