A un año y una semana de su vuelta a prisión, luego de conseguir de parte de un “viejo amigo” una casa en Tigre para vivir y fijar como domicilio para los efectos legales, el odontólogo platense Ricardo Barreda (80) volvió a quedar en libertad.
Según publicó El Día, en la resolución judicial dictada por el camarista penal platense Raúl Dalto -de la Sala I- que oficia en el caso como juez de Ejecución, se resolvió “restituir el beneficio de la libertad condicional” y “proceder a su inmediata liberación”, sujeta a condiciones hasta el 29 de marzo de 2016, cuando se le dará por cumplida la pena a reclusión perpetua impuesta por haber asesinado a sus dos hijas, a su mujer y a su suegra, el 15 de noviembre de 1992, en la casona que todos habitaban en la calle 48 entre 11 y 12.
Entre las obligaciones para seguir en libertad condicional, Barreda deberá residir en la casa que fijó como domicilio en Troncos del Talar de Pacheco y “someterse al contralor de la delegación departamental de ese distrito, donde deberá informar de inmediato cualquier variación sobre su lugar de residencia”.
El camarista indicó en su fallo que “el abogado Gutiérrez ofreció un nuevo domicilio, (el de Tigre), y que para aprobarlo se le recibió declaración a la persona que alquiló ese inmueble , quien además de hacerse cargo de la renta se comprometió a brindarle a Barreda lo que necesite para el cuidado de su salud”.
También se entrevistó al dueño de la propiedad alquilada.
En la resolución se decidió concederle la libertad al odontólogo, principalmente por la “vocación de ese hombre (el amigo que le consiguió la casa) de ocuparse en todo lo que necesite Barreda, comprometiéndose además a amueblar el sitio alquilado para su comodidad”.
El juez aseguró que antes de tomar esta decisión se realizaron relevamientos en el barrio donde residirá Barreda y se hicieron entrevistas con sus futuros vecinos, sin que se observara “impedimento alguno para que pudiera vivir en ese lugar”.
En la resolución se detalló también que esta decisión contó con el acuerdo de la fiscalía, quien no se opuso a la medida solicitada por la defensa de Barreda.
Después de tantas idas y vueltas, el hombre que hace poco más de 23 años estremeció al país masacrando a toda su familia en una coqueta casona cerquita de los Tribunales, salió del penal de Olmos. Con 80 años, y a paso lento, flaco y desgarbado, sigue siendo noticia.