Vecinos y comerciantes de las inmediaciones del Cementerio Jardín de Paz, de la localidad de Bella Vista, en el partido de San Miguel, donde desde el jueves descansan los restos de Diego Maradona, ofrecían muestras de incondicional amor al astro, en una zona cuya habitual rutina se vio transformada a causa del operativo policial que rodea el lugar elegido como última morada del ídolo fallecido a los 60 años.
El cementerio privado, que cuenta con un predio de 13 hectáreas parquizadas, tiene su entrada principal sobre la Avenida Mayor Irusta 5631.
Viviendas y comercios ubicados cerca de ese lugar exhibían diferentes tributos a Maradona, como fotos, carteles y banderas, con las que se expresaban amor y gratitud por la felicidad brindada al pueblo por el mítico Diez.
El operativo de seguridad montado en torno al cementerio privado transformó desde el jueves rotundamente la apacible rutina del lugar, con la permanencia de una decena de patrulleros en el acceso y las inmediaciones del predio y un vallado que impide el paso del tránsito desde 200 metros antes de la entrada al lugar.
Allí justamente, un grupo de efectivos de seguridad son los encargados de controlar los ingresos y egresos, bajo estrictas medidas de seguridad. En ese marco, solo se permitía esta mañana el ingreso a vecinos y a periodistas, siempre que pudieran acreditar ambas condiciones.
Nada es igual desde el jueves en Bella Vista, la morada elegida para que Maradona descanse en paz junto a los de su padres, Doña "Tota", fallecida en 2011, y Don Diego, en 2015. El cementerio presenta un bello paisaje rodeado de arboledas, césped, colinas, flores, lagos artificiales y dos edificios de estilo normando francés, donde funciona su sector administrativo y una capilla.
