Café de París: un paso obligado por la historia de Vicente López

Se trata de una de las cafeterías más antiguas y reconocidas del bajo de Vicente López. Sus dueños sueñan con declararla Sitio de Interés Cultural. Te contamos su historia arraigada a los inicios del barrio que se remonta a 1930.

“Ahora se estaba realmente bien, hacía calor, iban a tomar café”. 

Rayuela, Julio Cortázar.

 

En el corazón de Vicente López, entre calles tranquilas y arboladas, se encuentra el Café París, una cafetería tradicional ubicada en una esquina privilegiada de la calle Azcuénaga, donde confluyen varias intersecciones, a pasos de las vías del tren Mitre.

Alrededor de este viejo café se han instalado luego otras cafeterías, bares y tiendas de ropa y diseño. Por eso la zona se ha transformado en un pequeño polo comercial de la zona compuesto de 200 comercios.

Lo mejor del lugar es que está emplazado en una casona de estilo, construida en 1930. En sus inicios, el café fue una lechería, luego se transformó en un bodegón hasta que renació como el Café de Paris, uno de los lugares con más identidad de Vicente López, cita de amigos y habitantes del barrio.

Uno de los sueños de sus dueños sería poder declararlo Sitio de Interés Cultural: “Este es un edificio que tiene valor arquitectónico y cultural por la historia del distrito. En cualquier publicidad de Vicente López sale el Café de París, tiene que ver con la cultura de la gente y su estilo de vida”, comentó su dueña Marina Dal Lago.

 La historia de un café y su barrio

En 1932 la familia los Achatz compra los terrenos y se construye la cafetería entre Azcuénaga y Melgar. Se trata de en una casona de gran estilo, donde inicialmente funcionó la emblemática lechería La Martona, después se transformó en un clásico bodegón hasta que surgió Café de París.

diagonal-melgarEn cuanto al estilo arquitectónico, se construye en sintonía con los edificios que existían en el momento, con una reminiscencia francesa, la cúpula con forma de campana funcionó como mirador para observar el río. “Hasta se podía ver Colonia de Sacramento desde lo alto del café, pero nunca se usó con fines turísticos”, aclaró Marina.

Considerado uno de los primeros cafés de la zona, el lugar de encuentro por excelencia del vecino del bajo. “Contribuye que siempre fue un lugar de paso al estar sobre las arterias principales de la ciudad, Roca e Yrigoyen y al tener el tren en frente. Es un paso obligado por el Vicente López”, aseguró Dal Lago.

En ese lugar privilegiado de Vicente López comenzaron a reunirse amigos y vecinos del barrio, como también integrantes de grupos literarios y actualmente, los fines de semana, hay música en vivo y se baila tango.

Según la historia, al lado se instaló con éxito un comercio de ropa y así rápidamente urgieron otros comercios que transformaron las calles Azcuénaga y Roca hasta formar el simpático Centro Comercial de Vicente López.

“A partir de que nosotros nos hicimos a cargo de la cafetería, hace 15 años, empezamos con las actividades culturales: música, el piano de Edgardo Parodi, y hace tres años también ofrecemos tango”, comentó.

Desde las siete de la mañana el café se encuentra abierto, los vecinos y amigos se reúnen en la tarde o la nochecita. Asimismo se mantiene la marca de café a lo largo de los años (Café 3) y su horario de cierre no supera las 21:30hs.

Además de café, es posible disfrutar de la llamada “tardecita de París”, que incluye cerveza o vermut y una generosa picada. Los domingos por la mañana un pianista toca tango en vivo.

“Somos firmes con el horario porque ya es parte de nuestra tradición, no queremos que se desvirtúe la idea de lo que implica un café”, sostuvo Marina.

 

En los últimos tres años, el Municipio refaccionó el centro comercial. Las obras se hicieron sobre Azcuénaga, entre Penna y Roca. Allí se cambiaron las veredas, ensancharon esquinas y colocaron luminarias. En cuanto a las rejas de vereda fue una iniciativa de los vecinos frentistas.

Según relató Marina, la zona ha crecido mucho desde que ellos se hicieron cargo del fondo de comercio, hace 15 años atrás. Hoy hay más de 200 comercios, distribuidos entre las calles Azcuénaga, Melgar y Roca.

No obstante, los comerciantes advierten que se necesita que el Centro Comercial se conozca aún más. “Estamos bregando para que algunas calles tengan estacionamiento medido, para que haya renovación. Muchas veces como la gente no puede estacionar, sigue de largo con el auto”, afirmó.

Entre los comerciantes de la zona tiene pensado armar un circuito de un día de paseo por Vicente López y una visita guiada. Ese día del fin de semana cada comercio ofrecerá algo para atraer al vecino a que conozca el centro comercial. “Con este circuito la idea es que la gente que viene desde las 10 de la mañana se quede hasta las 18 hs, todavía estamos elaborando el proyecto”, comentó.

Actualmente Café de París ofrece los tradicionales desayunos, meriendas, almuerzos con menúes ejecutivos, picadas, ensaladas, tapas y en los últimos años es posible de cerveza tirada.

“Tratamos de modernizarnos, pero conservando nuestra tradición como mantener el horario hasta las 21hs. Antes era solo café, ahora también incluimos cerveza tirada, picadas y eso también engancha a los más jóvenes”, comentó Marina.

“Esperamos este año poder declararlo sitio de Interés Cultural, sería como la frutilla del postre a todo nuestro trabajo y esfuerzo. La idea es darle más jerarquía al lugar y al centro comercial”, concluyó su dueña.