114 es un número muy alto dependiendo para qué se use. En este caso se trata de años y para la generación actual es complicado medir que son 114 años de historia. Es mucho tiempo. Y ese es el tiempo que tiene nuestro querido Club Atlético Tigre de vida. Un 3 de agosto de 1902 fue fundado por un grupo de jóvenes en una casa de Av. Cazón al 1100. La casa era de un tal José Dellagiovanna y su idea era simplemente fomentar las actividades deportivas. Nunca creyó (o tal vez si) que su club viviría al día de hoy.
Llegaron los colores azul y rojo, el profesionalismo, el estadio en Victoria, los descensos y ascensos, la crisis con riesgo de quiebra y la historia reciente. La que conocemos todos y que es la etapa más importante del club. El bicampeonato en la B Metropolitana, el ascenso a Primera, los subcampeonatos, la final continental, la Copa Libertadores y el constante aliento de los hinchas de Tigre que hacen del estadio que lleva el nombre de un tal José Dellagiovanna un lugar difícil de superar para los que lo visitan.
Por más logros, por estadía eterna en Primera (lugar que históricamente nos pertenece), por más ídolos, que esa bendita estrella se calce en el escudo y por sobre todas las cosas, por más fútbol. Por eso, por 114 años más, Matador.