Por Juan Carlos Dall' Occhio
Estimado Gustavo Alfaro,
Ante todo deseo agradecer y reconocer el gran trabajo que está haciendo en nuestro querido Matador. Sin temor de duda reconozco que por primera vez el plantel entero está mentalizado en que puede ganar un campeonato importante y salimos TODOS a la cancha con ese sueño abajo del brazo. Los jugadores pelean cada pelota, corren cada minuto, discuten cada injusticia con el árbitro y se abrazan todos cuando hacemos un gol o cuando ganamos el partido. Cagna, el Vasco y Pipo han realizado campañas tan buenas como malas, pero la palabra “descenso” siempre rondaba en las concentraciones y hacia los medios que cubren a nuestro club. Esto no significa que ganemos un campeonato, lo sé, pero la moral del plantel y la del hincha está ubicada en un nivel mayor y hermanada.
Sin embargo, en el deber que me entrega la responsabilidad es escribir una columna que intenta representar al menos una parte del hincha de Tigre, deseo expresarle algunas cuestiones que si bien no son graves, al menos nos otorgan ciertas dudas con respecto a la conformación del plantel.
En primer lugar, creemos que Lucas Wilchez es el mayor generador de fútbol del plantel, con sus lagunas, y no se entiende porque a veces es el primero en salir o, como el caso del partido en Junin, ni si quiera juega. Cómo es que en su lugar haya entrado en su debut Orsan, al que le deseamos lo mejor, pero que aún no parece estar preparado para la titularidad. Asimismo, suele integrar el once titular, y muchas veces ingresa, Lucas Janson. Bancamos la idea y el deseo de que los jugadores de las inferiores conformen el plantel de primera, pero desgraciadamente Janson no ha demostrada prácticamente nada las varias veces que jugó.
El Chino Luna es ídolo y uno de los máximos goleadores del club, todos los sabemos y lo amamos por eso. De todos modos, eso no significa que debe jugar todo el partido, aún cuando sus compañeros de posición estén haciendo un mejor partido, que se muestren mejor físicamente para los últimos minutos, y estén preocupando mucho más a la defensa del rival, como sucedió estos últimos dos partidos de Rincón. Nadie lo va a silbar, Alfaro, por sacar al Chino Luna y poner otro delantero en su lugar durante el partido.
Estas son algunas de las observaciones más comunes que se escuchan en los bares, en la cancha, en las calles y en las mesas Matadoras. Sin dudar que sus decisiones son las últimas y que de ningún modo está puesto en duda su gran labor, conocimiento y responsabilidad, pero sabiendo que todos nosotros miramos a Tigre hace mucho tiempo y podemos sentir ese “palpitar” del plantel dentro de la cancha y las piezas justas a tocar para lograr un mejor funcionamiento.
Sin más, le agradezco nuevamente la fortaleza y la confianza con la que está conduciendo a esta gran familia de zona norte, el haber sostenido su elección de seguir conduciendo este plantel por sobre selecciones sudamericanas y le deseo lo mejor para que todos juntos podamos bajar de la noche del fútbol argentino una gran estrella que ilumine para siempre nuestros rostros.