Uno de los integrantes de la denominada banda de "secuestradores VIP", condenada en 2005 por numerosos secuestros exprés en la ciudad de Buenos Aires y la zona norte del conurbano, fue detenido en el partido de Vicente López junto a dos presuntos cómplices, tras un tiroteo con la policía que lo buscaba por integrar también una organización dedicada a robo de autos, en la localidad de Florida, partido de Vicente López.
Se trata de Hernán Saptié, quien en noviembre de 2005 había sido condenado a 9 años de prisión por el Tribunal Oral Criminal 17 porteño, que lo encontró culpable de dos secuestros cometidos junto a la banda liderada por Raúl Ezequiel "Chirola" Monti, responsable del crimen de Juan Manuel Canillas, en 2002.
Saptié fue uno de los detenidos que el miércoles al mediodía cayó tras una persecución que culminó con un tiroteo en Florida (VER NOTA). Fuentes judiciales destacaron la tarea realizada desde la Secretaría de Seguridad de la Municipalidad de Vicente López, tanto respecto a las cámaras de seguridad como al sistema lector de patentes LPR, mediante los cuales se logró identificar y hacer un seguimiento del vehículo utilizado por él y los otros dos detenidos.
La Justicia determinó que era la misma persona que integraba la banda de "secuestradores VIP" liderada por el asesino de Canillas, "Chirola" Monti, quien en ese juicio recibió la pena única de 20 años de cárcel. Si bien Saptié no estuvo involucrado en el crimen del joven, cometido en julio de 2002 durante un secuestro exprés en Vicente López, en el debate judicial de hace 15 años se le atribuyeron dos hechos de esas características, aunque sin que se produjera un homicidio.
El modus operandi de la banda bautizada como "secuestradotres VIP" porque sus integrantes se movilizaban en camionetas 4x4 y muchos vivían en countries de la zona norte del conurbano, era casi siempre el mismo: interceptaban a las víctimas en sus autos, las llevaban a recorrer cajeros y las liberaban tras robarles tarjetas de crédito, relojes, alhajas, ropa, discos compactos y agendas.
Cuando no lograban extraer dinero de los cajeros, los obligaban a ir a sus propios domicilios y les robaban los elementos que allí encontraban o hacían llamar a un familiar para que pagara un rescate.