El Café de París se transformó con el paso de los años y desde su apertura en el 1932, en un lugar emblemático no sólo desde lo gastronómico, sino también desde lo arquitectónico y lo cultural en Vicente López. Sin embargo, con la llegada de la pandemia casi 90 años después, y como muchos otros comercios del rubro, sus puertas debieron cerrar desde el 20 de marzo pasado.
Ante este cierre provisorio, y sumado a la dificultad económica que presentó el poder solventar los costos fijos del bar, comenzaron a circular desde hace algunas semanas versiones sobre el posible cierre del histórico espacio de la esquina de Azcuénaga y Melgar.
Una de ellas se dio en las últimas horas con un tuit del reconocido director Juan José Campanella, quien citó en su cuenta uno de los tantos rumores que habían circulado sobre el futuro del Café de París, y solicitaba al intendente de Vicente López que lo transformara en un Café Ilustre o en un Centro Cultural.
Luego de esta situación, Marina, dueña del Café de Paris, confirmó que no cerrará de manera definitiva, pese a haber tenido muy poca actividad desde el inicio de la cuarentena, y dijo que lo que habrá es un cambio de dueños, y que aún resta definir si se mantendrá el nombre del bar.
"El café va a abrir próximamente con nuevo dueños, estamos todavía en charlas por el tema del traspaso y de la marca, pero va a seguir siendo una cafetería", destacó Marina, y aseguró que se trata de "un proyecto familiar", desestimando así la posibilidad de que en el lugar se instalara una franquicia de otras cafeterías.
La dueña del espacio explicó que la decisión de la venta tuvo que ver con que "todavía no tenemos deudas y creemos que es el momento. Fueron 20 años muy lindos y de mucho trabajo". Además, comentó que los tres empleados decidieron no seguir vinculados con el proyecto: "Los últimos años fueron muy duros y tuvimos que reducirnos. Éramos pocos".
El Café de París no solamente se trata de un espacio gastronómico reconocido, sino que de un edificio que arquitectónicamente es un emblema en el distrito, y que además cuenta con decenas de años de historia decenas de años, desde que era una lechería, luego se transformó en un bodegón hasta que renació como lo que hoy es: uno de los lugares con más identidad de Vicente López, cita de amigos y habitantes del barrio.
En los últimos años, el espacio también se había sumado a las actividades culturales propuestas por el Municipio, siendo sede de obras teatrales en el marco del ciclo Vicente López En Escena, exposiciones artísticas o espectáculos musicales.
"Por un lado tengo nostalgia, pero también fueron 20 años de trabajo sin parar, sin sábados, domingos ni feriados libres, estando al frente todo el tiempo", expresó Marina a La Nación, y añadió que ella "impulsó la movida cultural los fines de semana cuando en el paseo no había nada abierto".