Por Rodrigo Álvarez*
Felipe Baldonado es un joven de 20 años que juró como Consejero Escolar en Tigre, un lugar de gran responsabilidad. Presenciamos con muchísimo orgullo y admiración su asunción ya que fuimos testigos de su inalterable compromiso y gran esfuerzo. Nos identificamos con sus valores y su fuerte vocación de servicio. Y por jóvenes así es que nos preguntamos por qué sigue siendo 25 años la edad mínima para poder ser concejal en la Provincia de Buenos Aires.
Estamos inmersos en una cultura que constantemente tiende a subestimar a la juventud y sus capacidades. Pero después de ver el trabajo diario por parte de muchos y muchas jóvenes para aportar su granito de arena a la sociedad, después de ver el entusiasmo con el que encaran las causas que los interpelan, después de ver la determinación con la que luchan, después de ver tanto sus lágrimas derramadas por todo lo que debería ser diferente como el sudor que emplean para transformarlo, debemos pelear contra esos prejuicios del sistema político.
Buenos Aires es una de las tres provincias donde la edad requerida es la más alta del país. Esto resulta desigual e injusto, dado que, por ejemplo, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires cumplir la mayoría de edad es suficiente para ser legislador. Debemos actualizar nuestra legislación.
Según la Encuesta Nacional de Juventudes realizada por el INJUVE en 2018, el 68% de los y las jóvenes encuestados que salen del ámbito escolar están insatisfechos con el funcionamiento del sistema democrático. Les estamos fallando. Es evidente la crisis de representatividad que sufre nuestro modelo y la urgencia por la inclusión de este sector etario.
Debemos abrir los espacios de participación ciudadana, cooperar y sobre todo, escuchar. Actuar cuando nos exigen que cuidemos el presente en materia socio-ambiental para poder garantizarles un futuro habitable. Repensar nuestros roles y desafiar los preconceptos cada vez que nos dicen que tienen sesgos de género. Debemos permitir que formen parte de la toma de decisiones que las y los afectan.
Sé que Felipe Baldonado es plenamente consciente de la responsabilidad que su cargo conlleva y que actuará en consecuencia. Pero también sé que sería un excelente concejal y que nuestra legislación actual se lo impide. Aquellos y aquellas jóvenes que tienen vocación política muchas veces se ven desplazados y no logran canalizar su voluntad en lo partidario.
La juventud se está perdiendo la oportunidad de poder ocupar estos cargos, que marcan el rumbo de nuestro municipio, provincia y país. Sin embargo, eso no es lo más grave. Es el Honorable Concejo Deliberante de Tigre, junto con muchísimos otros, los que pierden los aportes imprescindibles de esta generación que quiere ser parte y poner a nuestro país de pie.