¿Cómo prevenir la bronquiolitis?

Médicos del Hospital Municipal Materno Infantil dan consejos sobre esta infección respiratoria que afecta principalmente a niños con la llegada del frío.

La bronquiolitis es una infección viral que viene con la llegada de los primeros fríos y suele afectar a menores de un año, siendo la consulta más común en guardias de hospitales. Especialistas del Hospital Municipal Materno Infantil de San Isidro explican las principales recomendaciones a tener en cuenta.

El Jefe de Emergencias, Rodolfo Pablo Moreno, advirtió que cuando los niños tienen dificultad para respirar puede ser unos de los principales síntomas.  “Puede venir acompañado de fiebre, falta de apetito, no tomar el pecho materno y dificultades para conciliar el sueño. El catarro en las vías aéreas resulta un aviso previo a la aparición de dificultades respiratorias en los chicos”, agregó el especialista.

Ante esos síntomas –amplió–  hay que realizar una consulta urgente al pediatra de cabecera, concurrir al centro de salud más cercano o guardia del Hospital. Algunos casos requieren internación; otros, tratamiento ambulatorio.

“La mejor medida de prevención es tratar de que los lactantes no estén en contacto con personas enfermas. También, mantener los ambientes libres de humo, hay que evitar el consumo de cigarrillo donde habita un lactante, es fundamental para prevenir la bronquiolitis”, enfatizó Moreno.

 

Principales medidas de prevención:

– Evitar contacto con personas resfriadas.

– Lavarse las manos con agua y jabón.

– Amamantar al niño.

– Evitar el humo del cigarrillo, braseros y sahumerios.

– Recibir todas las vacunas que indique el médico.

– Evitar el hacinamiento.

– Ventilar a diario el ambiente donde está el niño.

– Desechar los pañuelos usados.

 

Síntomas:

– Mucosidad o congestión nasal, tos y fiebre durante tres días anteriores a la enfermedad.

– Respiración acelerada.

– Hundimiento de la piel entre las costillas.

– Respiración ruidosa y silbido en el pecho por cinco días.

– La bronquiolitis suele comenzar con un resfrío, secreciones nasales y congestión.

– Vómitos, inapetencia, palidez o coloración azulada de la piel.

– Si el niño no puede dormir o lo hace más de lo habitual.

– Si rechaza el alimento.

 

Qué niños tienen mayor riesgo de infección:

– Nacidos prematuros o de bajo peso.

– Con enfermedades cardíacas o respiratorias previas.

– Que no hayan recibido lactancia materna.

– Los que viven en ambientes contaminados (humo de cigarrillo), en condiciones de hacinamiento.

– Los que concurren a jardines y guarderías maternales.

 

Tratamiento:

– Abundante líquido por boca.

– Mantener la alimentación, especialmente la lactancia materna. Si la respiración es muy rápida, ofrecer alimento en pequeñas cantidades.

– En caso de fiebre, usar el antitérmico que recomendó el médico.

– Limpiar la mucosidad de la nariz.

– Mantener al niño en posición semi-sentada.

– Según la indicación usar Salbutamol, una medicación segura para el niño. La administración se efectúa usando aerosoles y aerocámara.

– No se recomienda el uso de antibióticos, jarabes para la tos, descongestivos o té casero.