Con el protocolo de Bullrich no se hubiera registrado el crimen de Kosteki y Santillán

A partir de ahora, los periodistas sólo podrán trabajar en un corralito. Denuncias de Fopea y de diputados de Cambiemos.

Las fotos de Sergio Kowalewsky, publicadas por Página 12, fueron fundamentales para llegar a la verdad en la Masacre de Avellaneda.
Si el 26 de junio de 2002 hubiera estado vigente el protocolo de actuación para piquetes anunciado por Patricia Bullrich, las imágenes de Alfredo Franchiotti asesinando a Maximiliano Kosteki y Darío Santillán no hubieran sido registradas, y se habría consumado la gran operación mediática montada por el gobierno de Duhalde para desviar la investigación y encubrir el crimen y su responsabilidad.

Ocurre que el Capítulo III de la resolución del Consejo de Seguridad que encabeza la ministra Patricia Bullrich establece que en casos de manifestaciones públicas “se organizará” el trabajo de la prensa en “una zona de ubicación determinada, donde se garantice la protección de su integridad física, y no interfieran con el procedimiento”.

De tal manera, en aquella jornada camarógrafos y fotógrafos difícilmente se podrían haber trasladado desde el Puente Pueyrredón hasta la estación de Avellaneda, lugar de la masacre.

Y sin esas imágenes, el entonces gobernador Felipe Solá nunca hubiera revisado su reconocimiento público a Franchiotti, horas antes de saber que era un asesino.

Tampoco hubiera sido posible la condena a José Pedraza por el asesinato a Mariano Ferreyra en una manifestación ferroviaria. Para la justicia fueron claves las imágenes tomadas por C5N.

Por esa razón, el Foro de Periodismo Argentino (Fopea) expresó su preocupación por un posible ataque a la libertad de prensa, comprendido en el protocolo para lidiar con las protestas sociales que elaboró Bullrich.

“El texto es poco claro acerca del alcance de esta norma en relación al trabajo de los medios de comunicación, lo cual deja un amplio espacio librado a la aplicación de estas disposiciones, no establece qué podría ocurrir en caso de que un equipo de prensa no acate las órdenes coyunturales, ni determina quién las dispondría", expresó Fopea en un comunicado. La entidad nuclea a prestigiosos periodistas.

Fopea se sumó así a reclamo de los partidos de izquierda, que cuestionaron el protocolo y exigieron que no haya límites a la cobertura periodística.

También, desde la UCR el entrerriano Jorge D’agostino autor de uno de los 12 proyectos que hay en el Congreso sobre piquetes, señaló que "cualquier protocolo debe ser muy transitorio a efectos de enviarle un mensaje a la sociedad, pero luego todo debe ser regulado por ley”, sostuvo. Ninguno de los proyecto presentado por el legislador limitaba el trabajo de la prensa. “Hay que hacer todo lo contrario –protestó D’agostino- porque la necesidad principal que tienen los manifestantes es la de hacer conocer sus protestas. Hay que permitir su difusión”.