Claramente que si a la media hora de juego te quedás sin los dos centrales titulares (uno por expulsión y el otro por lesión) y ya agotaste dos cambios valiosos, no te queda otra que improvisar. Y eso fue lo que hizo Camoranesi en la tarde de Sarandí. Puso a González y Rincón como volantes externos, no sólo para cubrir las subidas de Estudiantes, sino para tener la pelota en esos sectores y contragolpear velozmente. Obvio que eso tuvo un costo, ya que el equipo terminó fundido pero dejando todo.
Y dio resultado, ya que Tigre se puso en ventaja con esa fórmula. Recuperación rápida y combinación en velocidad. Apenas era el primer tiro al arco para Tigre que aprovechó su ocasión con una contra de manual. Luego, bueno, entre el Sol en la cara de García y un error en el momento menos indicado, el empate otra vez deja gusto amargo
No se puede decir que Tigre hizo un buen partido cuando apenas pateó una vez al arco y tuvo sólo un tiro libre al área del local. Pero teniendo en cuenta el contexto, se puede decir que se respondió con disciplina y orden a la hora de defender. El técnico sabe lo que quiere y lo aplica, y cuando se dé un partido en condiciones normales para Tigre, seguramente el equipo va a rendir.