Luego de la cadena de contagios en el Centro de salud Norte, que fue cerrado y cuyos responsables están detenidos, el Municipio de Vicente López puso en la mira a la otra clínica del mismo dueño, Benjamín Teitelbaum. En la noche del sábado, la Secretaría de Fiscalización y Control local resolvió la clausura preventiva del Sanatorio Mariano Pelliza en la que aún permanecen internados 45 pacientes, de PAMI y de otras obras sociales.
Su derivación se terminará de concretar entre este domingo y el lunes, y la institución no podrá recibir más pacientes. Los pacientes con COVID fueron derivados a otras instituciones médicas, pero aún hay 5 casos sospechosos que aguardan el resultado del test.
Según informaron fuentes de la intendencia que conduce Jorge Macri a Infobae, “no se trata de una clausura sanitaria, sino vinculado a las normas de seguridad e higiene”. La medida que se concretó pasadas las 20 horas del sábado, le fue informada a la Región Sanitaria V, al Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, que es el que debe intervenir en materia sanitaria, y a las obras sociales de los pacientes que permanecen internados para que dispongan su traslado.
Funcionarios de Vicente López habían realizado el último viernes una inspección ocular en la que detectaron varias irregularidades. Entre ellas, falencias edilicias y el incumplimiento del protocolo de COVID-19. Por ejemplo, no se estaría tomando la temperatura al ingresar. Según fuentes municipales, “el lunes se deberán presentar en el Juzgado de Faltas para dar respuesta a las irregularidades encontradas”.
La clausura por parte del Municipio se aceleró después de que PAMI le hiciera una inspección al Sanatorio Pelliza el miércoles pasado, y resolviera rescindirle el contrato como prestador a la firma ROPHE SA, dueña de ese nosocomio y del Centro de Salud Norte. Esto derivó en que el organismo que encabeza Luana Volnovich comenzara a evacuar el viernes a sus pacientes. Para ese momento, sobre el centenar de internados en el Pelliza, 41 eran de la obra social de los jubilados, de los cuales quedan todavía varios en el sanatorio. Según le informaron fuentes del PAMI a Infobae, “tras la rescisión del contrato, las 25.000 cápitas que tenían ambas clínicas privadas serán redistribuidas entre otros prestadores”.
En sanatorio tiene un total de 118 camas, de la cuales están ocupadas 45, y todavía permanece un cuerpo en morgue. La derivación del resto de los pacientes de otras obras sociales, como IOMA, será vehiculizada a través de la Federación de Clínicas de la Provincia de Buenos Aires (FECLIBA), de la cual Teitelbaum es prosecretario.
La jueza Sandra Arroyo Salgado, a cargo de la investigación por la muerte de una paciente con COVID-19 en el Centro de Salud Norte, le había pedido en abril al Ministerio de Salud de la Provincia nombrar un “interventor médico” en ambos establecimientos de ROPHE SA, algo a lo que la cartera sanitaria no accedió. En cambio ofreció realizar una inspección sanitaria cada quince días.
Teitelbaum, de 66 años, está acusado de “propagación dolosa” de una enfermedad infectocontagiosa, y permanece detenido desde hace 10 días a la espera de que la jueza Arroyo Salgado resuelva su situación procesal. Sus abogados, Olmedo y Eusebio Goldaracena, reclamaron que no pudieron acceder al expediente desde el inicio de la causa hasta el día siguiente de su detención el 28 de mayo y, que tres días después, la magistrada impuso el secreto de sumario. También se quejaron de las condiciones de su detención y reclamaron la prisión domiciliaria por motivos de salud, que le fue denegada.
Familiares de pacientes que estuvieron internados en el Sanatorio Pelliza se contactaron con el Juzgado Federal Nº1 de San Isidro, para denunciar prácticas similares a las que investiga Arroyo Salgado en el Centro de Salud Norte. Varios de los empleados de esta clínica contagiados de coronavirus habían sido atendidos en el Sanatorio Pelliza.
Una fue la sobrina nieta de un jubilado que falleció por coronavirus en el Sanatorio Pelliza. Era el padre de una empleada del Centro de Salud Norte que se había contagiado en esa institución, y que también estuvo internada en ese sanatorio. Al igual que en el Centro de Salud Norte, en el Sanatorio Pelliza nunca le habrían informado a la cochería que fue a retirar el cuerpo, que el jubilado fallecido tenía COVID-19.
Por último, al enterarse de la clausura, trabajadores del Sanatorio Pelliza reclamaron porque en el “establecimiento hay más de 300 familias a las que esa empresa les da de comer". Un enfermero del Centro de Salud Norte -que pidió no ser nombrado- le hizo llegar a Infobae este mensaje: “Se olvidaron de enfermeras/os, parteras, extraccionistas, farmacéuticos, mucamas, maestranza, vigiladores, personal del lavadero, cocineros/as, administrativos y médicos. Se olvidaron de todos ellos que son los trabajadores que pagan los platos rotos de un puñado de personas que creyeron que son ignorantes y por su cargo se creen que son dueños de dichos trabajadores. Ahora los trabajadores quedamos en calle y con miedo de perder este trabajo o este establecimiento. Necesitamos que el Estado se haga cargo de esta situación".
Fuente: Infobae