En Nordelta, exclusivo barrio privado del partido de Tigre, los carpinchos comenzaron a verse en gran cantidad durante 2020, ya que por la cuarentena y con la gente quedándose dentro de sus casas, comenzaron a apropiarse de los espacios al aire libre, y su población creció desde el año pasado a esta parte. La situación preocupa a los vecinos, pero también a las organizaciones ambientalistas y las autoridades municipales y provinciales, por las agresiones que puedan sufrir los animales.
Desde los habitantes del barrio, sostienen que los animales han atacado a sus mascotas, como perros, generaron daños materiales y hasta provocaron accidentes de tránsito. Además, sostienen que ingresan a los jardines o patios y provocan destrozos.
La búsqueda de una solución a esta preocupación se está llevando adelante ya desde hace meses, para "preservar el equilibrio ecológico entre las especies naturales y los seres humanos”, según dijeron desde la Asociación Vecinal de Nordelta (AVN). En este sentido, se mantienen reuniones con la Dirección de Flora y Fauna de la provincia de Buenos Aires, el equipo de Gestión Ambiental del Municipio de Tigre, y biólogos del Conicet.
"La población de carpinchos creció, efectivamente, en un 18% del año pasado hasta ahora, y estamos trabajando para dar una solución rápida a esto", afirmó a QUE PASA Paz Mazzola, directora general de Gestión Ambiental de Tigre y manifestó que "junto con Fauna de Provincia hemos explicado cómo son los procesos y protocolos que deben implementarse desde el barrio para el manejo de fauna, luego de una inspección que se hizo hace cerca de 20 días".
En este sentido, puntualizó "hay que explicarle a los vecinos que al tratarse de un lugar natural, es preciso vivir en armonía con la flora y fauna que se encuentra en el espacio, y nos pusimos a disposición para llevar adelante tareas de concientización junto con organizaciones e instituciones como Fundación Azara".
En este año, los carpinchos ganaron espacio y confianza entre la población, y esta situación enoja a muchos vecinos, e incluso semanas atrás circuló una imagen donde se veía a uno de los animales con un disparo en su lomo (VER NOTA). Sobre esto, Mazzola fue contundente: "Agredir a la fauna es un delito, está penado por la ley. Las personas deben entender esto. Es entendible que algún vecino sienta impotencia, porque es un proceso y no hay una respuesta inmediata. Los hechos de violencia contra la fauna de alguien que quiere lastimar a un animal tienen que ser denunciados. Quien ve eso, debe denunciarlo, al Municipio, a Fauna, a AVN o a la policía."
"Debe haber un plan de mediano y largo plazo para poder dar solución conjunta a la situación, porque relocalizar a los animales es algo muy difícil", sostuvo la funcionaria municipal y explicó que ahora, entre las propuestas que buscan desarrollarse y que desde Nordelta deben presentar a la Dirección provincial de Fauna, debe haber "medidas directas e indirectas".
"Entre las medidas directas están colocar distintos tipos de plantaciones para recrear ambientes naturales similares a las que viven estos animales, para que se mantengan allí y no invadan casas particulares. También se pueden colocar sistemas de pasafauna, para que cuando salen de la laguna y pasan los alambrados del barrio, puedan regresar y no queden atrapados", detalló.