Cristina Fernández de Kirchner (CFK) anunció este lunes que está dispuesta a presidir el Partido Justicialista (PJ), respondiendo al “operativo clamor” que en los últimos días venía impulsando su figura desde un sector del peronismo. En una carta publicada en sus redes sociales, la ex mandataria afirmó: “Estoy dispuesta, una vez más, a aceptar el desafío de debatir en unidad, porque si algo tengo claro también, es que acá no sobra nadie. Sin embargo, la unidad necesita dirección y proyecto para construir el mejor peronismo posible en una Argentina que se ha vuelto imposible para la mayoría de sus habitantes”.
La ex presidenta advirtió que el país y el peronismo atraviesan un momento crítico, marcado por una crisis económica y política sin precedentes. “Nunca vi, en la Argentina contemporánea y democrática, que nuestro país en general y el peronismo en particular vivieran un momento como el actual”, expresó. En este contexto, Kirchner señaló que el gobierno de Javier Milei ha intensificado la tensión social, calificándolo de un "espectáculo de mala calidad" y criticando la implementación de políticas de ajuste que, según ella, golpean a los sectores más vulnerables. "El actor principal no solo vocifera e insulta desde el escenario en forma cada vez más agresiva, violenta y soez, sino que, además, avanza a hachazos sobre jubilados, universidades y hasta hospitales de salud mental", aseguró en su carta.
CFK también reflexionó sobre el retroceso del peronismo en las últimas elecciones. Actualmente, el PJ solo gobierna en cinco provincias y ha perdido la mayoría en el Senado, algo que consideró como una situación inédita. “Hoy el peronismo solo gobierna 5 de las 23 provincias argentinas y perdió la mayoría en la Cámara de Senadores; siendo esta una situación de pérdida de representación institucional inédita en el período democrático”, manifestó en su escrito. A pesar de esta situación, subrayó la necesidad de reorganizar el partido, destacando la responsabilidad histórica que el peronismo aún mantiene como la fuerza política con mayor representación en el Congreso.
En su análisis del presente, Kirchner propuso “enderezar lo que se torció y ordenar lo que se desordenó”, y destacó que el partido debe convertirse en un espacio de discusión y participación. “El partido es el lugar más apropiado para desarrollar el continente que genere el contenido, y que este, además, tenga dirección y objetivos”, aseguró.
La ex presidenta también señaló la importancia de incorporar a las nuevas generaciones en el proceso de reconstrucción del peronismo. “Debemos poner en marcha el segundo trasvasamiento generacional, incorporando las nuevas generaciones en los secundarios, universidades, sindicatos, movimientos sociales y, desde ahí, recomponer la presencia en las barriadas populares junto a las iglesias, las sociedades de fomento, los clubes de barrio y todas aquellas instituciones organizadas desde la comunidad”, planteó.
Finalmente, Kirchner agradeció el "operativo clamor" que impulsó su candidatura, y reiteró que su objetivo es devolver a la Argentina "la esperanza y el orgullo de ser argentinos". "Lograr ello no es un objetivo en sí mismo, sino concebir a nuestro partido como el instrumento que debe dar el primer paso para reagrupar a todas las fuerzas políticas y sociales detrás de un programa de gobierno que devuelva a esta Argentina sumida en la crueldad y el odio de los necios, la esperanza y el orgullo de ser argentinos", concluyó.
Las elecciones para renovar la conducción del PJ se realizarán el próximo 17 de noviembre, y Kirchner se perfila como la candidata más fuerte para asumir el liderazgo del partido. Aunque algunos sectores internos, como el que encabeza el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, han expresado su intención de competir, la figura de Kirchner sigue siendo central en el peronismo, y su liderazgo es visto por muchos como una oportunidad para reordenar el partido en un contexto de crisis.