Comenzaron los trabajos de demolición en el viejo Hospital. En el predio construirán un complejo de 95 departamentos de dos a cuatro ambientes y 151 cocheras. El Frente Renovador expresó sus diferencias con el destino que la Municipalidad de San Isidro le dio al lugar. “Siempre planteamos que el viejo Hospital debía quedar para la comunidad, obviamente que había que recuperar el lugar pero no para transformarlo en un edificio de departamentos”, afirmó el concejal Juan Medina, Presidente de la Comisión de Salud del Concejo Deliberante.
“El estado de abandono del predio provoca problemas de seguridad e higiene para los vecinos del barrio, por eso había que recuperarlo, y también preservar la fachada, pero con un servicio de salud adentro, por ejemplo un servicio de geriatría que falta en San Isidro y es un pedido histórico de muchos vecinos. Es otra oportunidad perdida para muchos familiares que necesitan un lugar donde sus padres reciban los cuidados profesionales que requieren y que no siempre se pueden brindar en un domicilio particular”, agregó Medina.
El edificio del viejo hospital de San Isidro fue vendido a la firma AG Producciones, de Alejandro Gravier. En diciembre de 2010, se completó la venta a la empresa Corporación Inmobiliaria Argentina S.A., constituida por Gravier en 2004 mientras se licitaban los terrenos, tras varios años de parálisis por litigios judiciales a causa de que el lugar había sido donado a la Municipalidad de San Isidro con la obligación de ser utilizado para fines humanitarios. Esto llevó a un litigio judicial que llevó varios años.
“Desde el primer día el Municipio quiso venderlo y actuó casi como un agente inmobiliario; nunca jamás en todos estos años se tomaron ni dos segundos para evaluar otros destinos posibles. Tampoco les importó demasiado que fuese una donación con cargo, es decir, con un fin específico que es la atención de la salud”, afirma el concejal.
Gonzalo Beccar Varela, compañero de bancada de Medina revalorizó el valor patrimonial del edificio: “Es historia pura de los sanisidrenses, no sólo por el valor arquitectónico sino porque allí nació y se atendió la salud gran parte de los vecinos a lo largo de casi un siglo. Lo más lógico era que se pusiera en valor el lugar para seguirlo destinando al cuidado de la salud”.
Por su parte, Marcela Durrieu, presidenta del Bloque del Frente Renovador se refirió al impacto de los nuevos departamentos en la zona. “Siguen superpoblando el centro de San Isidro, más autos, más congestionamiento de tránsito, Primera Junta va a estar aún más trabada que ahora”, y agregó: “Otros destinos posibles eran un refugio para víctimas de violencia de género, que no hay ninguno, o un refugio nocturno para personas en situación de calle, que tampoco hay; había miles de usos mejores y más necesarios”.