Forman parte de nuestro día a día, compartimos no sólo techo sino también cientos de emociones. Para muchas personas, adoptar un perro no es algo para nada menor, porque además de la compañía que se forja en el interior del hogar, se encuentra el significativo cambio en su calidad de vida, mucho más si se lo rescata de la calle.
"Hace cuatro meses adopté a un perrito. Lo veía en varias ocasiones enfrente de mi casa, en la vereda, sin dueño, solo. Muchísimas veces salía y le llevaba comida y agua, al igual que otros vecinos míos. Yo vivo en un departamento monoambiente, por eso no lo adopté desde un comienzo. Pero un día me decidí y acá está conmigo. El cambio que generó en mi vida, en mi rutina diaria, es increíble", le contó a QUE PASA Florencia, vecina de Vicente López.
Sin embargo, no alcanza sólo con la algarabía y con el gesto de adoptar un perro, y son varios los ejes a tener en consideración para el sano andar de la vida del animal. Desparasitación, alimentación, vacunas y salud emocional, son aquellos factores en los que el veterinario de San Martín, Agustín Reynoso (M 11629), pone el acento a la hora de adoptar al mejor amigo del hombre.
DESPARASITACIÓN: El primer paso para la salud del perro
Igual que los seres humanos, ellos también son portadores de gérmenes. Y en algunas ocasiones, estos incluso pueden trasladarse a la persona. Pulgas, garrapatas y piojos son los parásitos más comunes que pueden poseer los perros, aunque también existen otros no tan conocidos por la gente, que pueden causar enfermedades y, en algunos casos, provocarles la muerte.
“La desparasitación es uno de los pilares del cuidado de las mascotas. Primero porque existen parásitos que son contagiosos para la persona, pero también porque es la base de la salud de la mascota. El germen, al actuar en el perro, lo va a predisponer a que bajen sus defensas. Por eso siempre recomiendo, ni bien se adopta un animal, acudir inmediatamente a un veterinario para que evalúe su estado y recomiende o no algún tipo de desparasitario”, explicó a este medio Reynoso.
Como es el caso de Florencia, el apadrinar una mascota genera muchísima emoción. Pese a ello, en la vorágine de crear un ámbito fructífero para el animal, en diversas ocasiones se toman decisiones un tanto apresuradas. El especialista sostuvo que “mucha gente va comprar al veterinario un antiparasitario, pero eso no es recomendable, ya que no todos los antiparasitarios son para todo tipo de parásitos. El veterinario es quién debe evaluar qué paciente tiene que recibir tal producto en particular”.
“Esto se debe a que existen muchos parásitos como los giardia coccidios que producen, entre otras cosas, diarrea y se presentan habitualmente en cachorros que vienen mal alimentados o con pulgas y garrapatas”, amplió el especialista y explicó a su vez que cada germen provoca una sintomatología diferente, como ser aquellos intestinales que desembocan en vómitos y abdomen abultado.
VACUNAS: ¿Cuáles se aplican y por qué resultan vitales?
Otro aspecto esencial para el cuidado de los perros es el de las vacunas, que previenen la contagiosidad de una serie de enfermedades que los pueden llegar a azotar y que, en efecto, alterarían su proceso de desarrollo.
Al cachorro se lo comienza a vacunar a los 45 días de edad con la vacuna quíntuple, la cual opera contra el moquillo, parvovirus, hepatitis infecciosa, leptospirosis canina y parainfluenza. De acuerdo a lo que expuso el veterinario en diálogo con este medio, a la mascota se le aplican cuatro dosis con un intervalo entre 21 y 30 días.
“Estas son enfermedades muy contagiosas. Si se infectan y no están vacunados probablemente mueran. En el intervalo entre las dosis se recomienda no sacarlos a la calle, al menos hasta que tengan un 70 u 80 por ciento del plan de vacunación completo”, dijo. Una vez concluidas las dosis, a los tres meses se le aplica la vacuna antirrábica. Posteriormente a ello, “conviene realizar un control semestral, donde al animal se lo pesa y se lo controla”, detalló.
La ALIMENTACIÓN y las variables según cada perro
¿Comida o alimento? ¿Cambia la correcta alimentación según cada etapa de la vida del animal? Son todas preguntas que los dueños, sobretodo primerizos, se autorealizan.
“No es lo mismo alimentar a un perrito cachorro que está en pleno desarrollo que a un perro anciano donde su movilidad va a ser muy diferente; o a una perra preñada que necesita mucha energía que a un perro entre 10 y 12 años que vive dentro de la casa”, despejó dudas.
Por ello, el especialista instó a “tomar ciertos recaudos. La gente tiene que entender que no todos los alimentos balanceados son iguales. Hay específicos para animales que sufren algún tipo de patología o también alimentos balanceados específicos para cada etapa de la vida. La dieta tiene que ser balanceada y tiene que recibir todo tipo de nutrientes, no solo arroz o carne”.
SALUD EMOCIONAL: ¿En qué consiste?
El último factor esencial es la salud emocional, más que compleja en este escenario sanitario a raíz de la pandemia del Covid-19. Los perros, en su condición, también lo padecen, especialmente durante el año pasado, en el marco del confinamiento, cuando esos paseos, salidas y momentos recreativos se hicieron menos frecuentes.
“Vemos trastornos emocionales en el perro. Por eso recomiendo que los animales tengan siempre un momento de ocio durante el día. Son animales de costumbre y requieren de una rutina diaria para sentirse cómodos. Entre media y una hora por día se recomienda realizar juegos interactivos, sacarlo a pasear y estimularlos. Con la pandemia, al haber un comportamiento diferente en las personas, esto influyó negativamente en las mascotas”, dijo Reynoso.
¿Qué síntomas puede reflejar un perro ante esto? Según el veterinario, algún tipo de agresividad e inconvenientes en la piel. Igualmente, aclaró, "cada mascota lo toma y presenta de una manera distinta".