La epidemia de dengue del verano pasado en Argentina es considerada hasta el momento como el brote de la enfermedad más grande de la historia del país, con un inicio temprano y una persistencia de casos que incluso llegaron a mantenerse este invierno que acaba de dejarnos. Ante esta situación, las autoridades sanitarias están en alerta y esperan que el verano que viene, los casos puedan crecer aún más.
A través del Boletín Epidemiológico Nacional (BEN), el Ministerio de Salud de la Nación informó que se registraron un total de 583.297 casos confirmados en la temporada de dengue 2023/2024, mientras que 419 personas fallecieron como consecuencia de la enfermedad. Si bien se trató de la peor epidemia de dengue en el país, desde el Ministerio de Salud bonaerense ya alertaron sobre un posible rebrote en los próximos meses.
En diálogo con QUE PASA, Teresa Varela, directora de vigilancia epidemiológica y control de brotes dentro del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, explicó que "el riesgo de circulación de dengue está muy cercano a nosotros, porque tenemos provincias del norte del país que no interrumpieron la circulación y eso es un indicio de que pueden iniciarse los brotes de forma más temprana incluso que el año pasado, producto de los viajeros internos".
"Otros indicios para pensar en una mayor proliferación de casos es lo que está sucediendo en otros países de la región, que generalmente anticipan lo que va a suceder en Argentina. En los países de Centroamérica, sobre todo en México o Costa Rica, el monitoreo indica que están circulando otros serotipos del virus que no habían circulado en nuestra región", detalló Varela a este medio y agregó que "eso produce brotes más intensos".
A esto, sumó que se vaticina un verano con temperaturas muy intensas y una crisis energética "que puede llevar a las personas a acumular agua por las posibles fallas en el suministro". "Estas situaciones son ideales para la reproducción del mosquito. Con estos elementos no tenemos más que prepararnos para una temporada muy intensa. Ojalá no ocurra, pero no puede agarrarnos desprevenidos", sostuvo.
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Esta situación ya había sido descripta a finales de agosto por el ministro de Salud de la Provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak, quien advirtió que, incluso en la temporada invernal, se registraron casos autóctonos de la enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti. "Podría producirse una epidemia muy grave. Este año está pasando que durante el invierno tuvimos casos activamente en el Norte argentino, pero no hubo campaña de erradicación, que debería haber sido una responsabilidad nacional", planteó.
Por último, explicó que si esa situación no se revierte en los próximos meses la fase crítica "se manifestará en la próxima epidemia" de la enfermedad, que podría tener un fuerte crecimiento de casos durante el verano y llegar a su pico en marzo de 2025.
