El desafío de las ciudades después del Covid 19

Por Marcos Alcides Díaz (politólogo y vecino de San Isidro).

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Marcos Alcides Díaz

Nuestras vidas se desarrollan en las ciudades. Como señala la ONU, estamos iniciando el siglo de las ciudades: en la actualidad el 55% de la población mundial vive en centros urbanos, pero en tan solo 30 años se proyecta un aumento superior al 70%. Así, más de la mitad de la población mundial vive en una superficie equivalente al 2% del total, pero a su vez representa el 70% de la producción del PBI global.

No hay dudas de que las ciudades, después de la crisis que significa el coronavirus, tienen un abanico de desafíos por delante. Entre ellos, podemos destacar tres desafíos urgentes: dar un salto tecnológico para facilitarles la vida a los vecinos, generar nuevos distritos y polos laborales, y reforzar la asistencia a los comercios locales.

La tecnología como herramienta de contacto entre el gobierno local y los vecinos

La pandemia aceleró muchas dinámicas que ya tenían existencia previamente a ella. En los últimos años, muchos municipios bonaerenses tuvieron como prioridad, actualizar las herramientas de ventanilla electrónica o tramites a distancia. El objetivo es muy importante: acercar el municipio al vecino, evitándole tener que hacer desplazamientos, maximizando tiempos y recursos. 

Sin embargo, aún resta mucho por hacer. Son pocas las ciudades en el AMBA que tienen el cien por ciento de sus trámites digitalizados. En la mayoría de los casos, los vecinos tienen que sacar turnos, hacer largas colas o desplazarse varios kilómetros desde sus hogares para pagar impuestos, servicios, iniciar trámites o hacer sencillas consultas.

Es evidente que la pandemia y la decisión de sostener la cuarentena como una herramienta sanitaria, obstaculizó el movimiento de vecinos, reduciendo la posibilidad de que asistan a bancos, municipalidades o centros de pagos. De haber tenido digitalizado el total de impuestos, servicios y otros trámites locales, los vecinos se hubieran evitado problemas y los gobiernos locales habrían reducido el impacto en sus cuentas por demoras en los pagos. 

Es tiempo de pensar y trabajar para diseñar y desarrollar ciudades más inteligentes. La tecnología está al servicio de la gestión, la pregunta es si la gestión está dispuesta a incorporarla.

Trabajar cerca de casa

Un segundo desafío que tiene por delante las ciudades, es el generar mayores fuentes de trabajo en la propia ciudad. 

Una característica de muchas ciudades que conforman el primer o incluso el segundo cordón del conurbano bonaerense, es decir, que son linderas a la Ciudad de Buenos Aires, es el traslado diario de sus ciudadanos a la capital para trabajar o estudiar.  Así, a la Ciudad de Buenos Aires, y como lo expone el Informe anual del CESBA en 2016, ingresan diariamente1.5 millones de autos desde distritos vecinos.

Es indudable que la CABA es fuente de atractivos puestos de trabajo y emblemáticos centros de estudios como institutos o universidades. Algunas de ellas, como la UBA, rankeadas entre las más prestigiosas del mundo. Indudablemente, nuestro diagnóstico no puede perseguir a la demanda, sino apuntar a la oferta: generar más y mejores puestos de trabajos locales y desarrollar centros de estudios regionales en los municipios de la Provincia de Buenos Aires. 

Las ciudades tienen el desafío de generar una matriz productiva interna, que les permita explorar y generar fuentes de trabajo inexistentes hoy en muchas ciudades. Solo por citar 3 casos: En San Isidro, vivimos en una ciudad rodeada de atractivos escenarios, calles arboladas, casas modernas y antiguas, con una costa que no es del todo utilizada y poseemos una rica parte de la historia argentina. Nuestro distrito podría transformarse en una ciudad turística. En los últimos años vimos como Tigre, dada su belleza natural, ha sabido explotar este punto, quedando San Isidro relegado solo a ser un municipio “de paso” para quienes concurren a visitar El Delta desde Capital Federal. Dada la belleza de las calles y de los edificios de nuestro municipio, podríamos impulsar esto, agregado a la gran variedad gastronómica que contamos, dando las facilidades para que este sector se fortalezca y se desarrolle, como así también promover la actividad deportiva para quienes visiten nuestro país y para vecinos y vecinas de municipios cercanos que no cuentan con salida al Río de la Plata.  Otro sector que se podría promover desde el gobierno local es la industria del software. Con simples exenciones y facilidades, se podría construir en el municipio un polo industrial de empresas tecnológicas, en donde se podrían apostar startups y empresas puntocom. 

Las personas no viajan 40 minutos, o más, diariamente desde sus hogares hasta la CABA, simplemente porque lo quieren; son “eyectadas” de las ciudades que no tienen suficientes -y atractivos- puestos de trabajo. La necesidad es el gran movilizador de las personas. Como gobiernos locales, es impostergable trabajar para generar nuevos polos y distritos que diversifiquen los nichos laborales.

¡SOS comercios locales!

El impacto de esta crisis es estremecedor. Si bien está claro que el problema no es la cuarentena sino la pandemia, es necesario que pensemos las medidas necesarias para impactar positivamente, desde los gobiernos locales, en los comercios de cercanía. Son miles los comerciantes locales que han visto disminuir sus ventas hasta niveles alarmantes. 

Desde excepciones impositivas hasta promociones concretas con asistencia de los fondos públicos. De todas las herramientas disponibles para asistirlos, no hay dudas que los gobiernos locales tienen que comenzar por lo que ya pueden hacer, y pensar cuáles nuevas herramientas necesitan incorporar, para ayudar a los comerciantes. 

Los comerciantes locales son una parte muy importante de la comunidad. No solo generan empleos directos para vecinos y vecinas, sino que indirectamente, dinamizan el conjunto de la vida de la ciudad. 

Para dar un ejemplo, en París se está implementando la “Ciudad de 15 minutos” desde antes del inicio de la pandemia. Esto significa que una persona puede realizar todas las actividades esenciales dentro de los 15 minutos de su propia casa. Desde su trabajo, estudio, restaurantes, lugares de ocio y esparcimiento. Todo esto, pensado no solo en el ahorro de tiempo, sino en mejorar la calidad de vida para disminuir el uso del transporte público y de automóviles, y fomentar el uso de la bicicleta y los traslados a pie. Con esto, se reduciría drásticamente la emisión de CO2, producido principalmente por el transporte. 

Esta crisis ha impactado a todo el mundo. Millones de puestos de trabajo han desaparecido; otros tantos están pendiendo de un hilo. Miles de personas están evaluando si lo mejor es emigrar, irse a otros centros urbanos, otros países y comenzar allí de cero. En ese fatídico contexto, las ciudades deben tener un rol protagónico, ya que es en ellas en donde nos criamos, vivimos y queremos seguir haciéndolo. 

Es tiempo de repensar las dinámicas urbanas para generar ciudades más inteligentes y fortalecidas. El objetivo compartido, es poder mejorar la calidad de vida de los vecinos y vecinas. Algo tan simple como eso.