Desde el hincha. Fecha 2. “¿A quién le importa?”

El partido contra Central desde la mirada de un hincha. 
Por Juan Carlos Dall´ Occhio

En el epílogo de la transmisión el periodista Mario Cordo cerraba el resumen del partido mientras en la pantalla se repetía una y otra vez el gol mal cobrado para Rosario Central. Una y otra vez se veía como el delantero marcaba en offside.
 -Sí,- dijo, Cordo-  Marco Ruben está en offside, pero eso ¿a quién le importa?-¡paf! Fin de la transmisión. Fútbol para Todos y a otra cosa… Inmediatamente después, el Tano se levantó de un salto de la silla con las manos en la cabeza, enarcó las cejas con el rostro desencajado, buscó consuelo en el fondo del vaso ya vacío, y pegó un gritó jubiloso y liberador –¡A nosotros nos importa la concha de tu madre, Cordo, a los hinchas de Tigre!
“A quién le importa” justamente es lo contrario de ponerse en el lugar del Otro, el ninguneo de la historia, del que está atrás, es la versión del rico, del colono, de la patronal. “Está todo como el orto, pero a quién le importa”, “tiro la basura en cualquier lado, total a quien le importa”, “yo los paso a todos por la banquina, total a quien le importa”. Y así. Unos 30 minutos antes de la mala fortunada frase de Cordo, había volado desde la platea local una piedrita que le cortó la cabeza a Alfaro, pero “a quién le importa”. A Alfaro pereció que sí, que prefirió seguir jugando el partido. Tal vez con la absurda esperanza de que ese incidente y su buena voluntad surtan efecto para que el pito empiece a medir con la misma vara el partido (las patadas a Larrondo, los agarrones en el área, la injusta doble amonestación de Gonzalez Pirez).
“A quién le importa”, a nosotros nos importa, Cordo. A los hinchas de Tigre, a los hinchas de fútbol, los que queremos que sea una fiesta, que no haya tongo, que no se festeje a los vivos, y a los prepotentes se los castigue. Los que queremos que los puntos se ganen en la cancha y no en los escritorios o en los pasillos oscuros del vestuario, los que aplaudimos a los que reconocen las cagadas. Porque atrás de la lealtad, está la sinceridad, y ahí estamos los que sí nos importa lo injusto en el fútbol, y en la vida.
“A quién le importa”, le importa a Jorgito que abrió el bar y labura y labura para sacar la cabeza del fondo, le interesa a Mónica que planificó sus vacaciones para poder ver los partidos de Tigre, le importa a los hijos de Juan Diego que se fueron a dormir con bronca, nos importa a nosotros que no tenemos la prensa de River y Boca para presionar árbitros. Nos importa a los hinchas de Tigre que estamos cansados de que los árbitros y los periodistas nos usen de “ejemplo moral”  mientras por debajo nos cagan con los horarios, los días y decisiones que nos perjudican en la cancha.