Cuando parecía que el coronavirus comenzaba a estar controlado, sobre todo si se hace un paralelismo con lo sucedido en 2020 y en el primer trimestre del 2021, una nueva variante salió a la luz y rompió con todos los esquemas. Ómicron, descubierta en Sudáfrica allá por noviembre pasado, se expandió por gran parte del mundo y generó un incremento exponencial de casos, aunque con el (afortunado) atenuante que éste no se ve por el momento reflejado en el número de decesos.
Habiéndose cumplido casi dos años de la aparición del Covid-19, sus síntomas ya son conocidos por casi todo el planeta: fiebre, tos seca, dolor de garganta, cansancio muscular y dolor en las articulaciones, pérdida del gusto y del olfato. Sin embargo, si hubo algo que enmarcó a esta difícil pandemia fueron las modificaciones que cepa a cepa se iban generando. Es así que en los últimos días algunos ciudadanos de Australia y del Reino Unido infectados con Ómicron empezaron a experimentar una sintomatología poco frecuente.
De acuerdo a lo que informaron desde el diario británico The Mirror y News (Australia), un grupo de personas que contrajeron coronavirus comenzaron a presentar otros síntomas como ojos rojos o inflamados y caída del cabello.
Según el sitio Healthline, el primero de estos síntomas está relacionado con la enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE2), que se encuentra en ciertos sectores del ojo como la retina y las células epiteliales. El virus se encarga de “engañar” a los receptores del cuerpo “haciéndoles creer” que lo que ingresa es la enzima cuando en realidad es el Covid-19. Por otro lado, en lo que respecta a la caída del cabello, de acuerdo a lo que indicó la Asociación de Dermatología de los Estados Unidos, es un síntoma habitual después de una fiebre alta.
Sin embargo, y como prácticamente todo lo que envuelve a este virus que sacudió a la tierra a principios del 2020, este tipo de sintomatología aún son materia de investigación. Lo que sí es concreto es que Ómicron provocó un aumento exponencial en la tasa de infectados, primero en Sudáfrica, su lugar de origen, luego en Europa y posteriormente en Sudamérica. En la Argentina, este viernes, se registraron 110 mil contagios, el número más alto desde que comenzó la pandemia.
De hecho un estudio realizado por el Instituto Serológico de Dinamarca, la Universidad de Copenhague y el Instituto de Estadística danés, reveló que esta variante es entre 2,7 y 3,7 veces más infecciosa que Delta entre las personas vacunadas en el país europeo.