Elías Piccirillo, ex marido de Jésica Cirio, fue arrestado este mediodía en el barrio de Nordelta, en el partido de Tigre. Lo acusan de plantarle un arma y cocaína a un empresario cripto. En el marco de la misma causa por estafa, siete policías también fueron apresados, acusados de ser los cómplices en la maniobra.
Piccirillo fue acusado por el fiscal Franco Picardi de haberle plantado 1,2 kilos de cocaína y una pistola calibre 9 milímetros en su camioneta Audi QR al empresario cripto Francisco Hauque, con quien mantendría una disputa de larga data por dinero, en un episodio ocurrido el 18 de enero pasado en el barrio porteño de Recoleta. Fue tras una cena que la ex pareja de Cirio mantuvo con Hauque en el Palacio Duhau.
Seis policías de la Ciudad también fueron detenidos este jueves, junto a un ex Policía Federal, en 11 operativos realizados por la Prefectura Naval. Están acusados de ser el brazo ejecutor de la maniobra. Todos los agentes involucrados habían sido separados de la Policía de la Ciudad el 21 de enero pasado, tres días después de los procedimientos, y pasaron a situación pasiva a principios de febrero.
Actualmente, Cirio y Piccirillo se encuentran distanciados: la modelo y empresaria no se encontraría involucrada en la causa.
El operativo de la detención de Piccirillo se llevó adelante este mediodía en el barrio Yacht de Nordelta. En las imágenes captadas por una cámara de seguridad, puede verse como el empresario intenta huir del lugar en la previa de lo que fue el allanamiento por parte de la Prefectura Naval Argentina.
Más sobre el caso
El expediente en contra de Piccirillo comenzó luego de que la jueza María Eugenia Capuchetti desechara la causa que se le inició a Hauque. Todo se desencadenó ese 18 de enero pasado cuando personal de la División Robos y Hurtos de la Policía de la Ciudad lo cruzó para supuestamente encontrarle la droga y el arma y arrestarlo junto a su pareja tras la cena en el Palacio Duhau.
Capuchetti declaró nulo el procedimiento, sobreseyó a Hauque y a su pareja y dispuso que “se investigue el accionar de los miembros de las fuerzas de seguridad, así como también la posible intervención de las personas que -según la hipótesis de la defensa- podrían haber participado en la ‘colocación’ de elementos prohibidos en el interior de la camioneta y en la ideación del ‘armado’ de una causa penal en su contra”.
“La presente causa se inició el 18/01/25, oportunidad en la que personal policial de la División Robos y Hurtos Norte de la Policía de la Ciudad circulaba a bordo de un móvil Ford modelo Focus no identificable sobre la Avenida Alvear de esta Ciudad, ocasión en la que observaron un vehículo marca Audi, modelo Q8, en el que, conforme se indicó, a través de los vidrios del automóvil visualizaron movimientos entre dos personas, aparentemente, manteniendo una fuerte discusión”, asegura el fallo de Capuchetti firmado el 11 de febrero último.
Se incautó dinero en efectivo en moneda nacional y extranjera (28.894 dólares y 3.438.060 pesos) y documentación relacionada con los delitos investigados.
“A raíz de ello, frenaron la marcha del vehículo ante una posible situación de violencia de género y les solicitaron la documentación del rodado y sus DNI ante lo que se mostraron reticentes. En razón de ello, se les requirió a los ocupantes que descendieran del automóvil. Luego, se requisó el vehículo, oportunidad en la que hallaron dos bloques compactos conteniendo una sustancia blanca y polvorienta, como así también una pistola calibre 9 mm de color negra”, continuó.
En su indagatoria, Hauque apuntó directamente a Piccirillo, con quien aseguró tener una relación “un poco tóxica” debido a “un dinero” que le estaba “adeudando, que está documentado”. Según la investigación, la deuda sería de aproximadamente 6 millones de dólares.
Ante las autoridades, Hauque relató que aquella noche del 18 de enero pasó a buscar a Piccirillo con su vehículo. El acusado se subió a uno de los asientos traseros, pese a que él le insistía para que se sentara en el asiento del acompañante. Dijo que eso le llamó la atención, al igual que la vestimenta del detenido: esa noche hacía mucho calor y el acusado llevaba puesto un sobretodo.
Luego afirmó que la cena fue tranquila, sin discusiones, hasta que en un momento Piccirillo se levantó para hablar por teléfono y regresó diciendo que su ex esposa se sentía mal, por lo que decidieron finalizar la reunión.
Poco después, se produjo el operativo, que tuvo lugar muy cerca de la salida del estacionamiento del restaurante. Hauque aseguró que no discutió con su pareja y que intuía que algo no estaba bien cuando fue controlado por la Policía.
“Yo en ningún momento insulté ni dije algo fuera de lugar. Bajé del vehículo y ya directamente me quieren poner las esposas. Abren la puerta y dicen: ‘¿Qué es esto? Deténganlo’”, relató. También indicó que no consume estupefacientes ni manipula armas de fuego. Su pareja confirmó esta versión.
El abogado de las víctimas cuestionó varios puntos del procedimiento policial. Uno de los principales fue que el Audi “cuenta con vidrios polarizados oscuros y estaba cerrado, por lo que resultaría improbable que los policías pudieran ver hacia el interior y advertir la supuesta discusión, especialmente considerando que se encontraban a cierta distancia y que el hecho ocurrió de noche”.
Finalmente, tras una serie de allanamientos, pericias telefónicas y una investigación en la que no se encontró ninguna evidencia y se constataron serias irregularidades en el procedimiento, la jueza a cargo ordenó la liberación de Hauque y de su esposa por falta de mérito, al considerar que no existían pruebas suficientes para mantenerlos detenidos.