Una llamada telefónica realizada el miércoles pasado puso en alerta a toda una comunidad. Una voz masculina informaba al 911 que en un colegio de Vicente López había una bomba. Finalmente, tal aparato explosivo no existía y a partir de una investigación judicial se logró dar con el autor del llamado, que puso en vilo a más de mil personas, y lograr detenerlo.
El hecho ocurrió el miércoles 23 de agosto en el Colegio Los Molinos, ubicado en la intersección de Ricardo Gutiérrez y Ávalos, en la localidad de Munro. Allí, una amenaza anónima de bomba interrumpió súbitamente la jornada escolar, obligó a activar el protocolo y evacuar las instalaciones de la institución educativa, donde en ese momento había más de 900 alumnos y cerca de 100 docentes, personal administrativo y de maestranza.
Según indicaron fuentes del operativo a QUE PASA, del procedimiento participaron efectivos del Cuerpo de Patrulla Municipal, Defensa Civil y agentes de Tránsito, que coordinaron la evacuación hasta la llegada de la Brigada de Explosivos, que revisó el edificio y constató que se trataba de una falsa denuncia.
"Este tipo de operativos llevan mucho personal y se deja de actuar en otros lugares, tanto personal de Defensa Civil, como patrullaje y policía. Algo similar ocurre con la brigada de explosivos es similar: les lleva muchas horas y no pueden estar en otro lado", definieron desde la Secretaría de Seguridad del Municipio, que realizó la denuncia del hecho a la UFI de Ciberdelitos de San Isidro a cargo del fiscal Alejandro Musso.
Con el material proporcionado por el área se inició la investigación en la que se logró identificar al autor de la amenaza, de 37 años y domiciliado en el barrio porteño de Palermo, a quien se detuvo 48 horas después del llamado y puso a disposición de la justicia.
Para ello, se realizaron pericias telefónicas para dar con el aparato del cual había salido la llamada. Luego del rastreo de esa identificación a través de las empresas que prestan el servicio de telefonía, se realizó un allanamiento en un domicilio de la calle Scalabrini Ortiz 1700, donde además de detener al hombre se encontró el teléfono desde el que salieron los llamados.
El sujeto quedó imputado en una causa por el delito de "intimidación pública".
