La Justicia de San Isidro dictó la prisión preventiva para el único detenido por el crimen de Federico Sáenz, el programador de 41 años asesinado el mes pasado por un delincuente que entró a robar a su casa de la localidad de Boulogne, lo ahorcó con un cable y lo arrojó a la pileta.
A pedido del fiscal de la causa, Facundo Osores Soler, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Boulogne, la jueza de Garantías 3 de San Isidro, Andrea Rodríguez Mentasty, dictó la prisión preventiva para el imputado Mauricio Nahuel Fernández, de 30 años.
El acusado quedó detenido bajo la acusación de una "tentativa de robo calificado en concurso con homicidio agravado criminis causa", es decir matar para ocultar otro delito y lograr la impunidad, calificación penal por la que en un futuro juicio oral podría terminar condenado a prisión perpetua.
"Todo lo que hay en el expediente es prueba de cargo contra Fernández. Él entró a la casa con intenciones de robo y para asegurar su propósito asesinó a la víctima", dijo a Télam una fuente judicial. El mismo informante explicó que el fiscal Osores Soler aguarda los resultados de las pericias complementarias a la autopsia para confirmar el primer dictamen forense que estableció como la posible causa de muerte una "asfixia por estrangulamiento a lazo" con el cable HDMI que Sáenz tenía con doble vuelta en el cuello.
"El estrangulamiento con el cable existió y eso ya está probado en la autopsia. Ahora bien, si la víctima terminó muerta solo por esa maniobra o si la asfixia se completó luego porque terminó de ahogarse bajo el agua en la pileta, lo dirán los estudios pendientes, aunque no va a cambiar la comprometida situación del imputado", agregó el vocero judicial.
El hecho ocurrió el 19 de junio pasado, a las 11:50 horas, en una vivienda ubicada en la calle Aguado 1.251. Todo comenzó cuando la pareja de Sáenz, una médica llamada María Laura Martínez, lavaba el auto en el patio delantero de la casa y un único ladrón saltó la reja de la propiedad y la abordó con fines de robo. El asaltante agredió y amenazó a la mujer y logró quitarle las llaves de la casa, con las que entró a la propiedad y cerró la puerta con llave, dejando a la médica del lado de afuera.
El delincuente golpeó y redujo a Sáenz, mientras que la médica logró salir corriendo a la calle y le pidió al empleado de la garita de seguridad de la cuadra que llamara a la policía.
Siempre según las fuentes, cuando la médica regresó al frente de su casa, pero sin poder ingresar, pudo observar por las ventanas que el delincuente había dejado a su pareja atado y sentado en el jardín trasero y cuando siguió pidiendo auxilio, el ladrón apareció para pegarle una trompada en la cara.
La pareja no tenía hijos, pero sí estaban en la casa dos sobrinas de 8 y 11 años, a quienes, según lo que contaron luego las niñas, el ladrón también amenazó y les dijo que se quedaran encerradas en su cuarto porque quería "robar una bicicleta".
Al lugar llegaron móviles de la comisaría 3° de Boulogne y de la Patrulla Municipal de San Isidro, quienes guiados por la médica lograron ingresar a la vivienda por una puerta trasera y allí se encontraron con el sospechoso en la cocina, quien tenía una cuchilla de la casa en la cintura.
El delincuente fue reducido y detenido por los primeros policías en ingresar y las dos niñas fueron rescatadas, pero Sáenz fue hallado inconsciente en el fondo de la pileta que la familia tiene en el jardín trasero.
El hombre, que trabajaba para una empresa del exterior en la programación de apps y juegos para celular, había logrado desatarse las manos, pero tenía dos vueltas de un cable HDMI rodeándole el cuello.
Pese a que le hicieron maniobras de RCP, Sáenz no pudo ser reanimado, y se cree que pasó varios minutos bajo el agua.
