Parece muy lejano aquel día en el que Tigre debutaba en el torneo frente a Argentinos. El empate 1 a 1 ante el Bicho (que terminaría descendiendo) dejaba a Mauro Camoranesi con un crédito de confianza. El primer gol de Correa, la aparición de Janson y el debut de juveniles como Balmaceda, eran el argumento para soñar con un Tigre que podía pelear arriba.
Otro empate, esta vez frente a Estudiantes y con diez casi todo el partido, no eran parámetro para evaluar y la esperanza seguía. Pero todo quedó ahí.
El equipo nunca encontró el funcionamiento y las derrotas llegaron una tras otra. Sólo un espejismo en el medio con una goleada a Atlético Tucumán por 5 a 0 que no alcanzó para revivir al plantel. La pasividad en el juego, la no convocatoria del Japo Rodríguez y la falta de respuestas ante la adversidad fueron los principales cuestionamientos del paso del ítalo-argentino por el banco Matador, que llegó a su fin luego de una derrota frente a Huracán por la recuperación de la segunda fecha.
El saldo de Camoranesi en Tigre dejó apenas cinco puntos en la tabla, producto de una victoria, dos empates y cuatro derrotas, sumado a un juego perjudicial a la vista del espectador e hincha.
Al mismo tiempo que Camoranesi se iba de Tigre, Pedro Troglio era echado de Gimnasia. Parecía una jugada del destino porque a los pocos días y, tras los constantes pedidos de los hinchas, Troglio se convertía en el técnico de Tigre.
Con los ánimos calmados y el ambiente renovado, “Peter” cambió totalmente la mentalidad del equipo. Y los resultados no tardaron en llegar: empate frente a Racing y victoria contra Boca en los dos primeros partidos de su ciclo.
Pero el cambio más importante fue en el juego. Se vio un Tigre más vertical, agresivo, con tres delanteros y con individualidades que empezaban a destacar. Janson, que venía siendo de lo más destacado con Camoranesi, se convirtió oficialmente en el hombre más peligroso para el rival y en el goleador del equipo. Galmarini, Japo (que jugó siempre con Troglio), Marín y Rincón tuvieron un cierre de torneo muy regular en el nuevo esquema.
Con Troglio al mando, Tigre sacó catorce puntos, con cuatro triunfos, dos empates y dos derrotas para cerrar el certamen en muy buena forma en contraste con como se había empezado.
La ilusión vuelve a Victoria. El hincha ahora tiene motivos de sobra para creer que con el trabajo en la semana, Tigre y Troglio puedan hacer un buen papel en la Copa Argentina y armar un equipo competitivo para el torneo que viene en el cual el Matador pueda pelear más arriba.