Marcela Durrieu invitó a amigos y militantes para conmemorar el Día de la Memoria. Junto a la referente del Frente Renovador en San Isidro estuvieron recordando ese tiempo Dante Oberlin, dirigente sindical y Pedro Troiani, ex delegado en la automotriz Ford.
Militante peronista desde su juventud, la concejal Marcela Durrieu invitó a viejos compañeros para compartir una charla en San Isidro, conmemorando el Día de la Memoria.
En una larga mesa donde se dio una amena charla, la dirigente recordó esos años de militancia, el contexto social y cultural y señaló: “El 24 de Marzo nos invita a reflexionar, como comunidad, sobre lo indispensable que es la memoria y la búsqueda de la verdad, con el fin de que nunca más ocurra una dictadura militar en la Argentina. Debemos recordar para seguir fortaleciendo nuestra democracia. Fue muy difícil desalojar del imaginario colectivo toda posibilidad de un golpe de Estado”.
La referente peronista invito a recordar ese tiempo sin sobreactuaciones ni especulaciones electorales: “El uso de los Derechos Humanos para conseguir votos inmediatos, tiene algo que roza la inmoralidad” señaló, y mostró su preocupación por la sectorización de las banderas de los Derechos Humanos “hay algo que estoy viendo en las redes sociales y me parece peligroso: hay gente que por criticar a Cristina, critica los Derechos Humanos”.
Durrieu también invitó a discutir algunos aspectos de la manera en que se habla de esa época: “Yo quiero discutir el concepto de víctima. Todos nosotros la pasamos muy mal esos años. Pero yo quiero insistir que no soy víctima de nada. Yo tenía claro lo que hacía, estaba convencida de lo que hacía. Yo no soy una víctima. Víctimas son los pibes que no tenían que ver con nada. Conmigo no hay que reparar nada. Está bien reparar con los familiares. Pero si alguien quiere reparar algo conmigo misma, me está sacando de todas las cosas autocríticas que tengo de esa época. Y nos sacan lo más valioso que tenía nuestra generación: que estaba dispuesta a dar la vida por una causa” señalo la actual concejal del Frente Renovador.
El golpe económico
PedroTroiani, ex delegado de las comisiones internas en la fábrica automotriz Ford, quien fue secuetrado y torturado por su actividad gremial, compartió sus recuerdos de esos años y opinó sobre el lugar de empresas como Ford en el proceso:
“El golpe del 76 fue un golpe económico. Ford le dio todas las posibilidades al ejército. Los camiones que custodiaban Panamericana cargaban combustible dentro de Ford. Tenían militares instalados dentro de la fábrica, que comían en el comedor nuestro. Los Falcon verde, se los daba Ford y salían por la puerta principal, sin patentar. En los quinchos del centro recreativo armaron un centro de detención clandestino, donde secuestraban y torturaban” contó Troiani.
Troiani también compartió el trabajo que vienen realizando en la búsqueda de justicia con respecto a las responsabilidades de la empresa y sus directivos, y en relación a la memoria histórica, buscando la señalización de la fábrica como centro clandestino de detención.
Recuperar la militancia
Dante Oberlin, dirigente sindical en aquellos años, quien tuvo que exiliarse, recordó a sus dos hermanos (Héctor y René) y su cuñado desaparecidos entre 1976 y 1977.
En relación al golpe Oberlin expresó que “el del 76 fue un golpe de un altísimo costo social, político y económico. Político, ni que hablar: destruyeron todas las instituciones. Social, los compañeros desaparecidos que yo conocí personalmente, no fueron menos de 200. Había estudiantes, profesionales, sacerdotes, médicos, geógrafos, matemáticos, todos jóvenes. El proyecto de los militares era terminar con la generación de los 30 a los 40.Y los desaparecidos, la gran mayoría era vinculada al movimiento obrero. Y muy pocos de los desaparecidos tuvieron que ver con la lucha armada. El argumento de la lucha contra la guerrilla fue la excusa justa para hundir económicamente al país y generar un genocidio social”.
El dirigente, que estuvo “guardado” en la casa familiar de Durrieu y Galmarini en los primeros meses después del golpe, también expreso su preocupación por cierto tratamiento del tema de los Derechos Humanos: la reconquista de los derechos humanos es patrimonio de todos los argentinos. No puede ser patrimonio del Kirchnerismo, porque sería muy vulnerable cuando dejen el poder. Y la radicalización de este debate hace que se tense mucho la cuerda, y como ha pasado siempre en la Argentina, hay bandazos para un lado y para el otro”
“Yo creo que hay que recuperar la militancia. El militante es el interlocutor natural entre la sociedad y la política. En los 90 se reemplazaron los militantes por los operadores (hasta un nombre de la bolsa le pusieron). Los operadores son los muchachos todo servicios, que están lo mas cerca que pueden del poder y le dan mandados. Sino recuperamos la militancia, no podemos recuperar el entusiasmo por la política” concluyó Oberlin.