En la séptima sesión ordinaria el Concejo Deliberante de San Isidro aprobó una Ordenanza que fija lineamientos para una política ambiental a nivel local. Antes de ser aprobado, el proyecto recibió muchas modificaciones, sobre todo del Frente Renovador. "Al proyecto original le agregamos muchos cambios que lo mejoraron sustancialmente; se puede decir que con esas modificaciones es un paso adelante, pero falta más", afirmó Marcela Durrieu, la presidenta del Bloque.
"San Isidro debe ir hacia una planificación estratégica que le dé sustentabilidad ambiental. Le dimos al municipio una herramienta legal para que pueda desarrollar una política medioambiental seria, integral y muy activa. Entendamos que la problemática del medioambiente, del manejo responsable de los residuos urbanos, de la búsqueda de un desarrollo ecológicamente sustentable es uno de los grandes desafíos del siglo XXI, y es fundamental que los tres niveles del estado asuman la responsabilidad y la iniciativa", afimó Durrieu.
La Ordenanza busca modificar el carácter meramente punitorio y recaudatorio que hasta acá tuvo el cobro de la tasa ambiental y avanzar hacia un estímulo para quienes estén reconvirtiendo sus empresas y comercios en emprendimientos amigables con el medioambiente.
"Este fue un de los principales cambios que introdujimos porque, hasta acá, las tasas ambientales sirvieron más para multar que para incentivar; uno de los objetivos de esta ordenanza es ir hacia un sistema de gestión pública del medioambiente que estimule y premie el compromiso ecológico de las empresas y los comercios", explica Durrieu y agrega, "igualmente todavía falta mucho camino por hacer en este sentido, que iremos proponiendo en otros proyectos".
La Ordenanza también crea un ámbito específico como el Consejo Consultivo Medioambiental que buscará trasladar la perspectiva ecológica a todos los funcionarios del gobierno municipal.
"Esto tiene mucho que ver con la inclusión en la Ordenanza la encíclica papal Laudato SI, que implica un cambio conceptual importante que debe permear todas las políticas públicas. Lo vemos como punto de partida que inicie un proceso donde podamos definir cuáles son las cosas que hay que preservar; en cuanto al medioambiente, en cuanto a los paisajes protegidos y el patrimonio histórico", explica Durrieu.
"Los paisajes naturales y el patrimonio histórico forman parte de la herencia que debemos dejarle a las futuras generaciones. La Ordenanza ambiental nos permite fijar políticas públicas de preservación integrales, fundamentales para reducir a la mínima expresión los aspectos negativos del impacto negativos de la actividad humana, mientras al mismo tiempo generamos un desarrollo sustentable", finalizó la concejal.