El senador provincial Sebastián Galmarini y la concejal Marcela Durrieu se reunieron con vecinos del Bajo Boulogne para conversar sobre los reiterados incendios y la situación de abandono del depósito de vehículos involucrados en causas judiciales que se encuentra en el barrio.
“La provincia y el municipio se pasan la pelota y mientras tanto el depósito de autos está cada vez más grande, lleno de ratas y la calidad de vida del barrio es cada vez peor. Los autos se apilan, superan el límite de la pared y hasta han caído sobre la vereda. La situación es alarmante y pone en peligro a los vecinos día tras día”, dijo Galmarini a los más de 50 vecinos que se acercaron al predio ubicado entre las calles Maestra Ravello, Junín y Camino del Buen Ayre.
“Está ampliamente documentado que estos depósitos de chatarra dañan el medioambiente, y tanto el estado provincial como los municipios están obligados a fiscalizar y controlar las actividades potencialmente contaminantes. Lo que debemos denunciar ahora es el convenio que tiene el municipio con la provincia de Buenos Aires, porque es muy evidente que aquí no se cumple con el cuidado, mantenimiento y limpieza del lugar. Si bien el control de la salubridad es responsabilidad provincial, hay un municipio ausente que no verifica el cumplimiento de los convenios que firma”, completó el senador.
“Hace años que esto está así. Nació como un depósito de vehículos y ahora sólo es un montón de autos oxidados y de chatarra. Está lleno de ratas y de basura, además cortaron la calle y nadie puede pasar”, se quejó un vecino.
Por su parte, Durrieu les contó que “en noviembre del año pasado presentamos un proyecto al Gobierno Municipal solicitándole que se ocupe de exigir que se retiren y compacten los vehículos depositados, que libere el espacio y que proceda al posterior saneamiento y remediación del suelo”, y agregó: “en febrero de este año presentamos una denuncia ante la municipalidad para que tome cartas en el asunto y no permita que se sigan acumulando autos en el predio”.
Tanto Galmarini como Durrieu se comprometieron a seguir acompañando a los vecinos para mejorar la situación de uno de los barrios más postergados de San Isidro.