Después de todos los “no” que impusieron las restricciones de la pandemia, y fundamentalmente la derrota electoral en las PASO, el Frente de Todos se propuso un fuerte cambio en su comunicación con una campaña positiva centrada en el asertivo “SÍ”, que en la zona norte no se tardó en asimilar a la comunicación que desarrolla desde el 2014 en municipio de San Isidro.
Fue el consultor catalán Antoni Gutiérrez Rubí, quien manejó la campaña de Cristina Fernández de Kirchner en 2017 y viene trabajando junto a Sergio Massa, el que trajo la idea que se convirtió en el eje de la narrativa oficial desde la semana pasada.
Pero la enumeración de valores, propuestas, deseos, acompañadas por el “SÍ” que forman parte de la narrativa positiva del spot de campaña del Frente de Todos, tiene un parecido muy llamativo con la comunicación que implementa el Municipio de San Isidro desde el 2014.
En 2014 el municipio de San Isidro encargó al publicista Ernesto Savaglio el desarrollo y diseño de la nueva marca “San Isidro”, quién tomó las siglas iniciales del nombre de la ciudad, y desarrolló un logo y una narrativa entorno al “SÍ”, como afirmación de los valores y los hechos destacables de la gestión de Gustavo Posse.
Esa narrativa positiva fue exitosa para el gobierno local reafirmando su vínculo con la identidad sanisidrense y refrescando logros de una gestión que llevaba ya más de una década gobernando.
Las similitudes con la renovada campaña del oficialismo nacional son llamativas pero tienen una diferencia fundamental: mientras la gestión de Posse se reafirmaba sobre su pasado para proyectarse, el gobierno de Alberto Fernandez busca dejar atrás el clima de pandemia, dar vuelta la página y vincularse con deseos y aspiraciones que no pudieron concretarse en los dos primeros años de gestión. Mientras en San Isidro era un “seguir diciendo SÍ”, el Frente de Todos busca un “ahora que pasó la pandemia, SÍ”.
Más allá de la polémica sobre si hubo un plagio o no, la suerte de la nueva campaña “SÍ” tendrá que ver con algo que va más allá de un spot publicitario: si esa afirmación expresa una experiencia viva del electorado, si el gobierno logra con hechos anclar en la realidad cotidiana un clima post pandemia y una tan esperada reactivación de la economía, o si en cambio, el clima de desencanto sigue dominando y el “Basta” que propone el espacio opositor de Juntos, sintetiza mejor el momento social. El gobierno sabe que los 60 días que separan las PASO de las generales no es posible un “milagro”, pero espera al menos que un cambio de clima se refleje en el resultado electoral y sea el punto de partida de un relanzamiento del gobierno de cara al 2023.