Ayer el Concejo Deliberante de San Isidro realizó un justo reconocimiento a Marcela Durrieu: médica, diputada nacional (1991-95), concejal de San Isidro (2013-17), pero sobre todo una referente en la lucha por los derechos de las mujeres. Como diputada fue una de las impulsoras de la ley cupos que comenzó el camino de buscar un equilibrio en la representatividad de género en los cuerpos legislativos. Luego en 2016, su hijo Sebastián Galmarini desde el senado provincial impulsó la ley de paridad, que abrió el camino a la norma provincial.
El reconocimiento se realizó en el marco del día en que se celebran los derechos políticos de la mujer, recordando la promulgación de la ley 13.010 del Voto Femenino, conocida como, Ley Evita, a partir de la cual desde 1947 las mujeres pudieren acceder al derecho al voto.
El proyecto redactado por el concejal del Frente Renovador Federico Meca, quien lo presentó en el recinto, señala que Marcela Durrieu "ha contribuido en la construcción e implementación de políticas públicas para las mujeres en género y áreas transversales como la salud". Además destaca de la trayectoria de la dirigente peronista que participó en la creación del Consejo Nacional de la Mujer y contribuyó en la construcción de la sanción de las leyes a nivel provincial y nacional de paridad de género cupo femenino y de paridad que "ampliaron los derechos adquiridos por la ley de voto femenino". Remarca que a lo largo de su trayectoria política Durrieu acompañó e impulso proyectos para legalización de la interrupción voluntaria del embarazo y continúa promoviendo la igualdad de las mujeres como integrantes de la ONG "Ojo paritario" y como miembro en el Consejo Asesor Ad Honorem del ministerio de las Mujeres Géneros y Diversidad de la nación.
Las palabras de la concejal Soledad "Pupi" Durand
Durante la sesión la concejal Soledad Durán, del Frente Renovador, quién comenzó a trabajar en el Concejo Deliberante de San Isidro como asesora de Durrieu dijo que: "Todos conocemos la trayectoria que tiene Marcela, como militante política además de militante feminista, los cargos que ocupó, las leyes por las cuales peleó. Pero yo creo que todo eso no muestra ni un 10% de lo que es Marcela, no alcanza ni abarcarla, ni definirla. Es cierto que fue clave para todo eso. Sin Marcela no habría habido ley de Cupo ni el impulso necesario para las leyes de Paridad. Pero lo que hace grande a Marcela es la coherencia de todos los días de su vida de transformar esas luchas en hechos concretos y cotidianos y si tiene que enfrentar una agrupación entera para sostener la candidatura de una compañera no duda un segundo en poner la cara y el cuerpo, en sostener".
