La empresa constructora de Carlos de Narváez, Ribera Desarrollos S.A, encargada de desarrollar el megaproyecto inmobiliario Alrío en Vicente López, se presentó en concurso de acreedores por no poder hacer frente a sus obligaciones financieras.
El complejo Alrío es un emprendimiento que se comenzó a desarrollar en el 2010 y se encuentra emplazado en un predio de 16 hectáreas ubicadas frente al Río de la Plata, pegado a la ciudad de Buenos Aires, en la intersección de la Avenida libertador y General Paz. En estos años se han desarrollado varias parcelas con torres de departamentos residenciales y de oficinas, como también locales comerciales. Aún resta por desarrollar unos 80.000 m2, según afirman desde la empresa.
En diciembre se había anunciado la unión entre Ribera Desarrollos y el Grupo Portland para reimpulsar el proyecto, que según afirman desde la empresa, venía sufriendo los avatares de la crisis económica: suba de costos de producción, devaluación y aumento de tasas de interés.
Al respecto de la convocatoria de acreedores el abogado a cargo de la reestructuración de la empresa, Jorge Grispo explicó a Infobae que ”la decisión se tomó tras largos meses de negociaciones fallidas con acreedores para proteger el patrimonio de la compañía y evitar peligros que implican las ejecuciones individuales”.
De todos modos, Grispo enfatizó que el grupo del hermano de Francisco de Narváez buscará negociar rápidamente con los acreedores, que son eminentemente bancarios, para llegar a una solución que convenza a las partes. La deuda asciende a unos 90 millones de dólares. El objetivo es buscar una salida rápida para poder mostrarle la empresa saneada a futuros inversores de forma tal de poder continuar con el emprendimiento.