Pidió levantar la medida cautelar que suspendió la ordenanza que habilita las construcciones en 4 hectáreas lindantes con la Av. Márquez y la Av. Centenario.
La Municipalidad de San Isidro insiste con la polémica iniciativa de permitir la edificación en 4has del hipódromo de San Isidro. En estos días, desde el municipios se solicitó a la justicia levantar la medida cautelar que suspendióla Ordenanza 8745, sancionada el 5 de diciembre de 2013, que permitía la construcción de 43.000 metros cuadrados de espacios verdes del Hipódromo de San Isidro para emprender allí el desarrollo de edificios de oficinas y viviendas.
En octubre del 2014 el Juzgado Contencioso Administrativo Nº 1 de San Isidro hizo lugar a una medida cautelar pedida por la concejala Marcela Durrieu y dispuso la suspensión de la Ordenanza. “El fallo establece claramente que la oportunidad de la medida cautelar se encuentra justificada a los fines de evitar la vuelta atrás de obras, emprendimientos y gastos que se puedan efectuar, y que el peligro en la demora se justifica a los fines de evitar hechos consumados que irroguen mayores conflictos y pérdidas económicas que pudieran ocasionarse de rechazarse el pedido de esta medida en favor de la Municipalidad”, explicó Luis Sprovieri, representante legal de la edil massista.
“La ordenanza suspendida por la Justicia no cumplía con los requisitos mínimos establecidos por Ley para aquellos casos donde se compromete el medio ambiente. Carecía del correspondiente estudio de impacto ambiental y del soporte de participación ciudadana, como así tampoco se tuvieron en cuenta la capacidad de infraestructura y servicios esenciales necesarios para la reestructuración urbana que disponía la norma, votada de apuro por el possismo en la última sesión de 2013 del Concejo Deliberante”, afirmó Durrieu.
La iniciativa del municipio encontró resistencia desde el principio. Los vecinos aledaños al Hipódromo reunieron más de 10.000 firmas para exigirle al gobierno de Gustavo Posse que dé marcha atrás con la ordenanza que básicamente agregaría más población y vehículos a la zona más superpoblada de San Isidro, a cambio de perder uno de los pocos espacios verdes que quedan en el distrito.