El Museo de Arte Tigre inaugura una muestra en homenaje al artista Carlos Páez Vilaró a diez años de su muerte

Se trata de la obra “Páez Vilaró: candombes y puertos. Escenas del Río de la Plata”, que será presentada ante la comunidad el sábado 26 de octubre e incluye trabajos de toda su trayectoria.

El Museo de Arte Tigre (MAT) presentará este fin de semana una muestra en homenaje a Carlos Paéz Vilaró, artista uruguayo y ex vecino de Tigre. “Páez Vilaró: candombes y puertos. Escenas del Río de la Plata” se expondrá el sábado 26 de octubre a las 12.30hs, en Paseo Victorica 972, Tigre centro.

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Como artista de las dos orillas, Carlos Paéz Vilaró (1923-2014) plasmó los temas auténticos de la cultura rioplatense a través de su pintura. Nacido en Montevideo, pasó muchos años y diferentes períodos de su vida en Buenos Aires, al punto de elegir Tigre como segunda casa.

La exhibición reúne 22 obras, algunas de su primera época, con el candombe uruguayo como principal motivo y otras más cercanas a la actualidad, con sus características escenas portuarias, propias de Tigre.

Páez Vilaró se convirtió en vecino de Tigre y tomó al puerto, mercado de frutos, puesteros y vendedores como temas centrales y tuvo tres exhibiciones individuales en el MAT (2011, 2013 y 2014). Además de haber desarrollado la arquitectura de su obra habitable Casapueblo (Uruguay), en Buenos Aires se detuvo especialmente en Tigre, donde diseñó con la misma impronta Bengala, la Casapueblo atelier y vivienda sobre la calle Estrada.

Sobre Carlos Páez Vilaró:

Carlos Paéz Vilaró nació en Montevideo, Uruguay el 1/11/1923. Desde su niñez se vió influenciado por las actividades artísticas de sus padres. En su juventud vivió en Buenos Aires, trabajó en un taller de artes gráficas y el impacto de la vida porteña lo estimularon a crear sus primeras obras.

Al regresar a Montevideo, a fines de la década del 40’, el folklore afro-uruguayo del candombe y la comparsa marcaron su trazo de manera decisiva, como temas predilectos en sus pinturas. Esto fue por su vínculo estrecho con el conventillo “Mediomundo”, una casona habitada por un sin número de familias negras, donde instaló su atelier de pintura. Se sintió atraído por el despliegue cultural que lo rodeaba: participantes de la comparsa, tamborileros, danzas y rituales, y llevó estos motivos a su pintura.

En 1954 lo convocaron desde la Galería Wildenstein para mostrar sus trabajos al año siguiente. Esta fue su primera exhibición en Buenos Aires, para la cual había diseñado una serie de afiches, hoy colgados en las salas del MAT.

Luego inició un viaje a aquellos países donde la negritud tenía fuerte presencia como: Brasil, Colombia, Perú, Panamá, República Dominicana o Haití. Se entregó totalmente al tema pintando cientos de obras, componiendo candombes para las comparsas, dirigiendo coros y decorando sus tambores. Más tarde partió hacia el continente africano: a Senegal, Liberia, Congo, Nigeria y Kenya.

A Páez Vilaró lo recuerdan inquieto, alegre, enérgico; con deseo de empaparse de otras culturas y nutrirse de lo popular, lo que reúne a las personas en cantidad. Este punto es en el que confluyen los dos temas de la muestra: candombes y puertos.