La judoca Paula Pareto, que terminó su participación en Tokio 2020 y dejó una huella indeleble como deportista, regresó este martes al hospital donde trabaja luego de su participación en los Juegos Olímpicos. Allí, fue recibida con una emotiva sorpresa por parte de sus colegas.
“La Peque” se encargó de publicarlo en sus redes sociales, en donde a través de una serie de fotos se pueden ver los globos que el personal de Residencia de ortopedia y traumatología Hospital Central de San Isidro tenían preparado.
“Vuelta a la guardia con sorpresa de bienvenida en mi segunda casa. No por nada se le llama residencia, ¿no? Gracias @oytsanisidro por este recibimiento y por tantos años de paciencia y aprendizajes!”, expresó la deportista olímpica.
Pareto terminó con el aislamiento preventivo luego de su incursión por los Juegos Olímpicos de Tokio, en donde se llevó un diploma y un reconocimiento unánime de la comunidad deportiva, luego de disputar cuatro combates en la capital japonesa y caer en el repechaje por la medalla de bronce.
Por su labor como médica, Pareto fue distinguida para transportar la bandera olímpica en la ceremonia inaugural del Estadio Olímpico de Tokio. En representación de América, se la reconoció bajo el lema de “aquellos atletas que tuvieron un papel clave en la respuesta contra la pandemia del coronavirus”.
En un tramo de la apertura, millones de personas en el mundo la vieron caminar por TV sosteniendo la insignia, con sus anteojos puestos, junto con los representantes de los otros cuatro continentes y un referente del equipo de Refugiados.