Es una pregunta que parece no tener fin, cada vez que se levanta el teléfono para pedir comida, algunos las quieren y empieza una larga discusión. Es que como bien se dice “sobre gustos no hay nada escrito”, pero, nos hacemos la pregunta ¿cómo prefieren la empanada los argentinos? La respuesta nos llevará a conocer la psicología detrás del gusto, pero también a conocer cómo preparamos la empanada a lo largo del país.
Para brindar algo de información al respecto, nos basamos en un reciente estudio que determinó que el 73% de la población prefiere la empanada sin pasas de uva. Son malas noticias para los amantes de lo agridulce, un sabor que de acuerdo a los especialistas no está del todo asentado en nuestra “psicología del gusto”.
Al respecto, distintos chefs internacionales, opinan que se trata de una cuestión de realzar sabores, ya sea a través del glutamato monosódico, o bien con un ingrediente de alto contenido de azúcar, como son las pasas de uva. Es que en el caso de contrastar con sabores tan fuertes como los de la empanada de carne (sal, pimienta, comino, pimentón, cebolla), lo dulce se potencia todavía más.
Sin embargo, no son todas pálidas para los amantes de la pasa de uva, de acuerdo a los especialistas en digestión, agregar algo dulce a una mezcla suele reducir los niveles de acidez que esa comida podrá provocarnos. Esta es una explicación a por qué algunos chefs deciden incluir aspectos dulces en sus platos salados.
Variantes en el país
Bonaerense: la provincia de Buenos Aires se adjudica la invención de la empanada de jamón y queso, aunque lejos de eso, este tipo de relleno tiene su origen en Francia y España. Sin embargo, es una de las preferidas por los bonaerenses, sobre todo en la zona norte de la Ciudad de Buenos Aires.
Salteñas: están entre las más conocidas del país y son una de las representantes de la empanada argentina en el mundo. A diferencia de las demás empanadas de carne cortada a cuchillo, estas incluyen papa hervida, cebolla de verdeo y, en algunas partes de la provincia, también incluyen arvejas. Se las puede conseguir tanto fritas como cocidas en el horno de barro.
Tucumanas: las empanadas de la “Cuna de la Independencia” son las más parecidas a las que se consumían en la época de la Revolución de Mayo, contienen carne cortada a cuchillo, huevo duro picado, cebolla, pimentón y mucho comino. La receta original exige freírlas en grasa de pella (muy refinada, es la que recubre los órganos de animales como las vacas), aunque en la actualidad es muy difícil conseguirla.
Córdoba: es una de las provincias donde se prioriza lo agridulce, ya que a un relleno bastante regular (carne, cebolla, comino y pimentón), se le espolvorea azúcar impalpable antes de llevar al horno.
Patagonia: en la amplia región del sur existen dos variantes clásicas, en la zona cordillerana las rellenas de cordero (una delicia), mientras que en la costa son famosas las empanadas de mariscos con puré de tomate, casi como una cazuela.