Es más que un partido. Hasta podría decir que el título logrado ese día es lo de menos. Se trata del contexto, de las sensaciones vividas lo que lo convierten en el Día Internacional del Hincha de Tigre. Hayas estado ahí, hayas nacido antes o después, te acuerdes o no, es algo que, de forma obligada, tiene que estar en la memoria de cada miembro de la familia Matadora.
Porque ese día marcó el inicio de todo. Lo que somos hoy como institución. El ascenso meteórico que nos llevó de la B Metro a la Final de la Sudamericana o a jugar la Libertadores en menos de diez años. Ese día fue dar la vuelta frente a Platense, pero con el correr de los años se convirtió en el punto de inflexión de la etapa dorada del Club.
El taco del Chino, mas la posterior lengua afuera inmortalizada en los pasillos de nuestro estadio, y el grito desaforado, el desahogo, el carnaval generado por la exquisitez del “Paragua” Peralta Cabrera, es algo que hay que tener grabado por siempre. Los héroes que aún hoy perduran en el césped de Victoria como Blengio, Galmarini y el mismo Chino. Y los otros, que siguen en la memoria colectiva a pesar que tuvieron un paso más corto, como Campestrini, Sever, Arriola, Muñoz y varios más en lo que estoy siendo injusto en no nombrar.
La previa, la caravana histórica, el partido, los goles, el festejo. Todo queda por siempre. No como un recuerdo nostálgico que no se va a volver a repetir. Justamente, todo lo contrario. Para volver a decir “En tu cara y en tu cancha” una vez más