Patricia La Colo Cubría, diputada provincial por el Peronismo para la Victoria y referente de zona norte del Movimiento Evita, dialogó en exclusiva con QuePasa en la previa de la movilización que se realizará en Plaza de Mayo para pedir la aprobación de la Ley de Emergencia Social. Además, realizó un balance de la gestión macrista y la situación económica y social.
¿Qué expectativas tienen para la movilización del 18 de noviembre en Plaza Congreso?
La movilización será multitudinaria. Estamos calculando la asistencia de más de 200 mil compañeros y compañeras, y va a ser el mismo escenario que el 29 de abril, con un acto grande. La unidad que se viene gestando entre muchas centrales, gremios y moviemientos sociales es destacable, más allá de lo concreto de la Ley de Emergencia Social y de la detención de los despidos, que son los dos componentes fundamentales del reclamo.
¿En qué estado está la Ley y qué es lo que busca?
La Ley ya tiene media sanción y tiene que ver con exigirle al Gobierno que haya un millón de nuevos puestos de trabajo para la economía popular, para en el futuro poder aplicar lo que nosotros llamamos salario social complementario. Esto implica un mecanismo en el que el Estado aporta medio mínimo, vital y móvil para que quienes hoy salen a ganarse el mango puedan acercarse a ese ingreso. También se ha agregado en el Senado Nacional que estos trabajadores tengan acceso a PAMI hasta que se normalice la obra social de los trabajadores de la economía popular, que viene trabajándose en una mesa de diálogo con el Gobierno.
Además, desde la CGT van a hacer el planteo por la situación de despidos, que el mismo Gobierno tuvo que explicar dado los 100 mil despidos nuevos que no pueden seguir escondiendo ni con la pesada herencia ni con ninguna otra chicana. Es una demostración de poder de los trabajadores y de una unidad de clase.
En este sentido, ¿crees que tardó en darse esa unión de los trabajadores?
Nosotros nos autocriticamos que tendría que haberse dado hace muchísimo, pero esta circunstancia nos puso codo con codo a defender nuestros intereses, ya sea de aquellos que forman parte de la economía formal como los de los excluidos que vienen desde 2011 construyendo nuevas herramientas gremiales y que frente a estas condiciones adversas vienen tomando mayor relevancia. A eso se suman los compañeros de la CTA y de la CGT, con quienes compartimos muchos de los reclamos y nos apoyamos mutuamente.
Esperemos que al Ejecutivo no se le ocurra vetar la ley en caso de aprobarse, porque vamos a tener que pasar las fiestas cortando las rutas.
¿Cuáles fueron las medidas del Gobierno que llevaron a esta situación y qué balance hacés de la gestión de Mauricio Macri como Presidente?
Todas las medidas fueron y son poco beneficiosas para los trabajadores. Desde el día número dos de su gobierno empezó a firmar decretos para quitarles las retenciones a los grupos económicos que tienen la exportación de la soja y los cereales en sus manos, a las mineras. A eso hay que sumarle que para los sectores más humildes, por el nivel de consumo, les afecta mucho más la inflación. Esos sectores, los trabajadores y la clase media estamos financiando el enriquecimiento y la concentración económica de los poderes más grandes de este país, que además son trasnacionales. No es sólo un modelo de ajuste, sino también de transferencia de recursos del pueblo argentino a los grupos internacionales, lo cual es un saqueo y un crimen económico que genera millones de desaparecidos sociales.
¿Cómo visualizás el fin de año a nivel económico y político, en el marco de una posible aprobación de la Ley?
Esperemos que al Ejecutivo no se le ocurra vetar la ley en caso de aprobarse, porque vamos a tener que pasar las fiestas cortando las rutas. Creo que eso no le sirve al Gobierno y por supuesto que a nosotros tampoco, porque queremos que la ley se aplique y vamos a luchar para eso. Además, es estrictamente necesario que se implemente un bono de fin de año para los trabajadores más humildes. Es muy difícil también hacerle entender a la gente que no es responsabilidad de los movimientos sociales y los trabajadores pasar un fin de año en paz, porque se estigmatiza mucho en ese sentido y es una mentira. Es el Gobierno el que tiene que garantizar que eso sea así, porque nosotros no ejecutamos las políticas, sino quienes las padecemos.
La pradera está muy seca y hay muchas necesidades, y somos nosotros quienes sostenemos ese tejido social vulnerado. Que haya ausencia de conflictividad es imposible, porque el modelo mismo es el que genera la injusticia.
Este Gobierno, si no es a fin de año, el año que viene va a tener un paro.
¿Toda esta situación puede derivar en un paro nacional de las centrales trabajadoras?
Sí, no te quepa ninguna duda de que eso se está gestando y de que trabajamos constantemente para tomar acciones en defensa propia, del pueblo argentino. Si se veta esta ley, va a ser un indicio para generar una reacción. No decidimos cuál porque no estamos pensando que eso pueda suceder. Yo no puedo hablar de todas las centrales, como de la CGT, pero ellos también están en una situación compleja, sosteniendo a sus afiliados como pueden. Es la propia realidad la que nos empuja a tomar medidas cada vez más contundentes. Este Gobierno, si no es a fin de año, el año que viene va a tener un paro.