Se Celebró el el 21° aniversario de la entronización de la Virgen de Lourdes en Virreyes

La comunidad de Virreyes celebró el emplazamiento de la estatua religiosa que tuvo lugar hace más de dos décadas por iniciativa de Santiago Turris, de la Parroquia Santa Teresita.

La Virgen de Lourdes llegó al barrio de Virreyes hace 21 años, cuando los feligreses Diego y Teresa Turris la emplazaron en la gruta ubicada en la esquina de Int. Arnoldi y Cordero.

Desde entonces, todos los 11 de febrero se celebran los aniversarios de la llegada de la estatua religiosa a la vida de vecinos.

El Municipio de San Fernando acompañó una vez más la celebración y aportó logística para que se realice una misa en la vía pública y una posterior procesión.

La ceremonia comenzó a las 19 hs, incluyó el rezo del Santo Rosario, la bendición de todos los presentes con las Aguas Milagrosas, la celebración de la misa y una procesión de antorchas multicolores por las calles del barrio. Cientos de vecinos participaron y rindieron tributo a la Santísima Virgen de Lourdes, que hace 154 años se apareció ante una joven pastorcita en un pueblo de Francia.

El padre Ignacio Alvarado, de Parroquia Santa Teresita, hospicio la misa. “Hace once años –comentó-, el cura Santiago Turris comenzó esta celebración a raíz de una experiencia que tuvo con la virgen que fue entronada acá. Viendo como la gente la cuida, me parece que cada día es más de Virreyes”.

Consideró que “es una alegría ver como la fe es viva y se renueva, porque la virgen abre el corazón de todos, es un gran misterio; nosotros celebramos una vez por semana una misa en la calle, ponemos la virgen y la gente se acerca”.

Los vecinos rezaron y compartieron la celebración en familia. Juan y Graciela son un matrimonio del barrio. Todos los años venimos -afirmaron-. Esto suma un montón para la unión del barrio y los vecinos. “Es muy bueno, la verdad que es lindo ver como todos los años se celebra y nos juntamos”.

 

Estuvieron presentes los concejales Luis Ruiz Díaz Jorge Barraza, Leandro Ipuche, Augusto Briceño y Ana Hansen.