Desde mediados de agosto, distintos focos de incendio en la zona de islas de San Fernando pusieron en riesgo cerca de 5000 mil hectáreas ubicadas en la segunda y tercera sección del delta, donde se registraron quemas intencionales de pastizales en varios focos, que en los últimos días lograron ser apagados tras varios operativos llevados adelante por el Municipio y los bomberos.
El último de estos focos fue detectado en el arroyo Largo, próximo al río Barca Grande. Los vecinos avisaron de la situación y el Municipio envió guardaparques a la zona para verificar la magnitud del fuego. "Luego de coordinar las acciones con los bomberos del distrito, comenzó un trabajo de dos días del personal para asegurar que el fuego no llegue a las viviendas", explicaron desde la comuna.
Los bomberos trabajaron en el lugar hasta fines de la semana pasada, y lograron que el incendio no se acercara a las casas de la zona. La extinción de las llamas luego del trabajo, fue ayudada también por las lluvias que se registraron el día viernes.
Según comentó a QUE PASA en una entrevista el director de Políticas Ambientales del Municipio de San Fernando, Gabriel Tato, los incendios vienen ocurriendo hace tiempo atrás, pero a mediados de agosto se dio el primero con una magnitud importante en la segunda sección, en la zona de Carabelas y Canal 5, y a partir de allí se repitieron en otras zonas.
El funcionario enmarcó el problema de los incendios del delta en un tema histórico, que se agudiza en algunas temporadas: “La situación crítica por la que atraviesa el delta, no es única, sí histórica. Tenemos a lo largo del tiempo similitudes con otros años” y definió los dos componentes que desencadenan la situación: “Una crisis hídrica muy profunda en todo el mosaico de humedales del delta del Paraná y estas malas prácticas que se vienen desarrollando. Cuando se combinan, desencadenan lo que estamos pasando hoy como lo que pasó en 2008, 2013, esta situación de irresponsables que utilizan el fuego como método de producción”.