El fallecimiento del Papa Francisco golpeó a muchas personas que encontraron en la figura del Sumo Pontífice un discurso y una prédica vinculados a poner en primerísimo plano las políticas vinculadas a defender a los más vulnerables. Fernanda Miño, vecina del barrio La Cava, catequista y ex secretaria de Integración Socio Urbana de la Nación, dialogó con QUE PASA y se refirió a la significancia de la figura del papa en su camino como referente social y política.
Con idas y vueltas en sus manifestaciones públicas, muchos dirigentes han opinado de diversa manera de Francisco, criticándolo en un primer momento y luego distinguiendo su papado, o viceversa. Sin embargo, Miño siempre mantuvo el valor de la figura del Papa, desde sus comienzos en la función pública. "Soy el resultado de las políticas que planteaba Francisco: la Secretaría de Integración Socio Urbana, las políticas de integración tienen que ver con un legado de Francisco. Tienen que ver con cómo pensaba la política, con cómo pensaba la democracia y nosotros hicimos la parte de lo que nos tocaba", destacó en la entrevista emitida por FM Fénix.
"No solamente nos hicimos cargo de lo que que predicaba. También Juan Grabois se estuvo muy en sintonía de lo que él planteaba desde el principio y pudo hacerlo junto a nosotros y nosotras. Eso es con lo que me quedo y lo que voy a seguir como legado de él: esa forma de hacer política en estas áreas totalmente sensibles y que quienes vivimos en carne propia la pudimos llevar adelante. Creo que que si no hubiese estado Francisco como papa hubiese sido muy difícil", definió Miño.
En este sentido, se refirió a quienes "tratan de teñir toda la prédica, toda la figura y todo el pastoreo de Francisco por el mundo". "Bienvenida sea la política entendida con las palabras a través de Francisco: yo he aprendido de él que la política no era mala palabra, por ejemplo. Fue en ese proceso, en estos últimos 12 años, que que yo dije '¿Por qué la política no?' Y en las palabras del Papa y también de pastores locales he entendido a la política como un signo de caridad suprema por buscar el bien común", .
"Cuando asciende Francisco a Papa me di cuenta qué era lo que aprendí en los barrios, lo que aprendí en mi propio barrio, qué era la iglesia, qué era la fe y más aún cuando entendí también que la política formaba parte de transformar la vida cotidiana y más de los que menos tienen. Sentirme parte de esa transformación de la iglesia, ser contemporánea a Francisco, me llena de orgullo. Uno no puede dejar de tener ese sentimiento de orfandad y no solamente por ser argentina, por ser catequista, por ser creyente, por haber sido secretaria de Estado, sino porque hay un momento mundial donde la inhumanidad se hace presente en cada acto, en cada discurso, y lo vivimos en carne propia acá en Argentina. La palabra de Francisco siempre era justa, la imprescindible", expresó la vecina de La Cava y referente de Patria Grande, espacio que conduce Grabois a nivel nacional.
Miño subrayó también que Francisco deja "muchísimo legado" y afirmó: "Los que formamos parte y nos sentimos parte el día de hoy de esta transformación de la iglesia tenemos que llevarlo adelante. La política bien entendida tiene que ver con eso, no con partidismos. Lo que hizo el Papa Francisco es haber sido fiel transmisor y practicante de la doctrina social de la iglesia. Para los que no sienten eso como parte de la iglesia y lo quieren teñir del partidismo, creo que poco conocen de Dios, poco conocen de Jesús y por dónde dedicó su vida y su obra que fue ese fiel reflejo, Francisco."
"Ojala que la iglesia de Argentina y del mundo estén a la altura de la vara tan alta que dejó Francisco"
En esta línea, dijo que el hecho de que las obras en los barrios populares "no se haya visto como una política, sino como un gasto y que hoy desaparezca" por parte de este gobierno nacional "es la gran batalla que nos queda por delante" y que "Francisco la ha dado con con todo lo que él fue, con toda su humanidad, su sacerdocio, en ese momento donde todo parecía venirse abajo, la palabra de él hacía retomar el rumbo, el lugar que han tenido los descartados del mundo, los que quedaban al costado del camino: cuando él plantea la lucha de las tres T de Tierra, Techo y Trabajo también nos marcaba el rumbo por donde seguir".
"Nos preocupa lo que pueda pasar ahora con la iglesia. Nosotros nos sentimos muy acompañados por la iglesia Argentina en los tiempos que tuvimos la SISU bajo nuestra nuestra responsabilidad", dijo Miño y culminó: "Hicimos honor a lo que nos planteaba Francisco de la cultura del encuentro a la hora de gestionar, porque gestionábamos con todos, no importaba qué partido político esté, sino que queríamos transformar los barrios de los que menos tienen, transformar la vida de las familias más empobrecidas y que se sentían hasta abandonadas por Dios, por no tener la oportunidad de salir adelante y eso lo pudimos hacer. Ojalá que también la iglesia en el mundo esté a la altura de esa vara tan alta que dejó Francisco en todo todo su sacerdocio, no solamente como pastor de la iglesia, sino pastor del mundo."