El 10 de marzo del 2015, a Fernando Oscar Barreda, de 23 años, le comunicaron su despido del Mercado del Abasto de Beccar. Al día siguiente, a las 7.30 de la mañana se hizo presente y pidió hablar con su jefe para que le de una explicación. El hombre lo atendió y a cambio recibió un total de 33 puñaladas, principalmente en el cuello y en la cara. Antes de fugarse, se llevó 10 mil pesos de su oficina.
Fue por un trabajo conjunto entre el fiscal de San Isidro, Matías López Vidal junto con los trabajadores de la Verificadora Automotor de Vicente López que un año y medio después pudieron encontrar a Barreda, quien se encontraba en el barrio San Cayetano de la localidad de Beccar y a quien se le imputa el delito de "Homicidio agravado Criminis Causa en grado de Tentativa y Robo Doblemente Agravado por el empleo de armas y por causar lesiones gravísimas a la víctima". Es decir, que para el fiscal, el hombre de 23 años quiso matar a su jefe para tapar el robo que había cometido.
Debido a la gravedad de las lesiones que sufrió su jefe, el hombre estuvo internado durante siete meses y le quedó como secuelas: la pérdida parcial del ojo izquierdo, la pérdida casi total de las cuerdas vocales y varias heridas graves en el resto de su cuerpo.
La investigación fue realizada por la UFI Criminal Sede Central del Departamento Judicial de San Isidro, a cargo de Matías López Vidal, mientras que el procedimiento fue llevado a cabo por personal de la Planta Verificadora de Vicente López, a cargo del Comisario Nestor Ariel Muñoz.