Ya en marzo, los vegetales se habían convertido en el rubro de la canasta básica de alimentos más afectado por la inflación: el costo de los que consume una familia tipo porteña había saltado un 33% en el primer trimestre y un 50% en el último año, según los últimos datos de la Dirección General de Estadística y Censos.
las intensas lluvias, las inundaciones resultantes y la ola de frío que afectaron a las zonas de producción el mes pasado causaron nuevos faltantes, y empujaron aún más los valores en los negocios, que hasta triplican los registrados a fin de año.
La zanahoria, por ejemplo, se vende a entre $ 20 y $ 35 el kilo. En promedio, así, quedó 169% más cara que hace cuatro meses, cuando aún se conseguía a $ 10,95. El kilo de tomate redondo ahora ronda los $ 28,50 (96% más), el de tomate perita se mueve en torno a $ 33,90 (84% más) y la lechuga criolla va de $ 32 a $ 47 según el negocio, 64% más que los $ 23 de antes.
La cebolla, en tanto, está 34% más cara. Y también están más altos los precios de posibles reemplazos, como la remolacha ($ 26 a $ 33 el kilo) y el repollo ($ 21 a $ 27).
En relación a las frutas, también sorprendieron con fuertes aumentos. Comenzando por la naranja, que se vendía a $ 10,30 el kilo en diciembre y ahora promedia los $ 28,90. La banana, que llegó a $ 25, quedó 32% más cara que hace un año. Y el kilo de manzanas más barato que se consigue ahora va entre los $ 19 y los $ 30, lo que implica una suba del 18% en el año y del 36% en los últimos 12 meses.