Un hombre de nacionalidad uruguaya fue encontrado muerto en un barrio semicerrado de Pilar con miles de dólares tirados a sus pies. La justicia ya tiene a un detenido de 80 años y buscan a otro partícipe, hijo del ya apresado y presunto socio del sujeto asesinado. En esta línea, se investiga un ajuste de cuentas vinculado a la venta de drogas.
La secuencia que llevó a la muerte del sujeto comenzó el pasado sábado, cerca de las 18:30, cuando la víctima y el padre de su socio salieron del barrio semicerrado Finca San Agustín a bordo de una camioneta Chevrolet Tracker y se detuvieron frente a un kiosco en la zona de Monterrey, en Presidente Derqui. El hombre de 80 años, también uruguayo, bajó a comprar gaseosas mientras el conductor lo esperaba en el vehículo.
En ese momento, una camioneta Jeep Renegade apareció en la escena. Desde el vehículo, un único ocupante disparó una ráfaga de 10 balas hacia el conductor de la Tracker, de las cuales cuatro impactaron en su cuerpo, matándolo en el acto. El atacante escapó de inmediato.
Tras el crimen, el hombre de 80 años intentó ingresar a la camioneta, donde quedó el cuerpo de la víctima. Sin embargo, no parecía estar interesado en auxiliarlo, sino en buscar algo. Incluso se colgó por la ventanilla en un intento de acceder al interior. Para ese momento, varios vecinos se habían acercado y lo apartaron del vehículo. En medio de la confusión, se alejó del lugar.
Los agentes de la DDI de Pilar llegaron al lugar y encontraron 694 mil dólares en efectivo y un millón de pesos en un morral junto al cuerpo de la víctima. Tras entrevistar a los testigos, comenzaron la búsqueda del hombre que había huido. Lo encontraron a pocas cuadras y le pidieron que los guiara hasta la casa de la víctima. El hombre inicialmente fingió no recordar el camino y los hizo dar vueltas durante una hora, hasta que finalmente llegaron a una casa ubicada a solo 200 metros del lugar del crimen.
La vivienda estaba en el barrio semicerrado Finca San Agustín de Pilar. Los agentes acudieron allí con el hombre de 80 años, quien para ese momento ya generaba muchas sospechas. Aunque no tenían una orden de allanamiento, entraron para identificar el lugar a pedido del fiscal y luego se dirigieron a la comisaría.
El asesinato destapó una trama de traiciones y elevó la sospecha sobre la injerencia de las organizaciones criminales de Rosario. Los investigadores hallaron en la casa de la víctima varios DNI truchos y un cuarto acondicionado para el corte de cocaína a escalas superiores de las que se suele ver en ese distrito.
El hombre de 80 años está preso como coautor del homicidio. Su hijo, de nombre Fabián, socio del uruguayo asesinado, está prófugo. “El rol de la novia de la víctima fue la clave. A ella le dijo que se dedicaba a la compra-venta de autos y lotes y que se llamaba Marcelo González: todo era mentira”, dijeron fuentes del caso consultadas por Infobae. Su casa fue allanada por pedido del fiscal Germán Camafreita, de la UFI N°3 de Pilar, que investiga el asesinato.
Mientras tanto, por otra entrada del barrio, ingresaba una Volkswagen Amarok conducida por Fabián, el hijo del hombre detenido. Las cámaras de seguridad del barrio luego revelaron que la víctima pagaba a uno de los serenos para evitar que se registraran las entradas de personas a su casa, y que Fabián no había ido solo el día del crimen. Lo acompañaba una mujer rubia, y ambos estuvieron unos minutos en la casa antes de irse.
Más tarde, los investigadores descubrieron que la puerta trasera de la casa de la víctima había sido forzada y que se habían llevado el DVR que grababa los movimientos de las cámaras de seguridad instaladas el día anterior, junto con un bolso. Al allanar la vivienda, el fiscal encontró un cuarto preparado para el corte de cocaína, municiones calibre 9 milímetros y una cartuchera vacía.
"Alguien perdió mucho dinero," comentaron los investigadores irónicamente ante el hallazgo. Además, la Jeep Renegade fue encontrada abandonada en el barrio Astolfi, y las cámaras captaron al asesino huyendo a pie. Otro detalle que refuerza las sospechas es que la camioneta estaba registrada en Rosario, lo que sugiere posibles conexiones con organizaciones criminales de esa ciudad.
Los investigadores también vincularon este caso con otro hecho similar ocurrido en Pilar el 25 de septiembre, donde desde una Jeep Renegade dispararon 17 veces contra un BMW de lujo, aunque el conductor salió ileso. Se sospecha que el asesinado, "Marcelo González", fue quien disparó en ese caso. "Hay una traición dentro de la misma banda, que parece tener vínculos con criminales de Rosario," insinuaron fuentes cercanas al caso.
La aparición de la novia de "Marcelo González" ante las autoridades fue un punto clave en la investigación. La mujer declaró que Fabián la había llevado en su camioneta a la casa de su pareja el día del crimen y se había llevado un bolso y el DVR. Esto permitió a los investigadores identificarla como la mujer rubia vista en las cámaras de seguridad entrando al barrio en la VW Amarok.
Más tarde, la novia de la víctima confesó que Fabián le entregó las grabaciones de las cámaras de seguridad antes de dejarla en la Ruta 8. Con miedo, decidió deshacerse del DVR en un campo cercano a la Finca San Agustín. Una amiga la convenció de acudir a la policía, y su testimonio es ahora crucial para el caso.
Con todas las pruebas reunidas, el fiscal Camafreita ordenó la detención del hombre de 80 años como coautor del asesinato. Este, sin embargo, se mostró despreocupado por la acusación y declaró que pediría asistencia consular para ser extraditado a Uruguay. Mientras tanto, continúa la búsqueda de Fabián y del autor material del crimen. No se descarta que el caso pase a la justicia federal, dadas las implicaciones y vínculos con el narcotráfico.
