“El actual Consejo Escolar está compuesto por ocho consejeros y todos pertenecen al mismo color político, que es el del Intendente. Allí también Cambiemos tiene mayoría automática, y no hay articulación democrática que balancee las cuestiones administrativas”, enfatizó Gabriela González, candidata a consejera escolar por Cumplir en Vicente López, espacio que lleva como candidato a concejal a Joaquín Noya.
En esta línea, agregó que “a esto se suma la ausencia de pluralidad y la ineficiencia, producto de la falta de diagnóstico y de un programa de infraestructura integral que implique un proyecto de recupero de las escuelas como un espacio integrado a la comunidad”.
Gabriela González es arquitecta, docente y vecina de Florida. Fue presidenta y miembro fundadora de la Federación de Cooperadoras de Vicente López y en ese sentido destacó que “el cargo de consejero no es un premio consuelo en una lista, debe ser una continuidad del trabajo social de la militancia, para verse reflejado en la gestión y administración de recursos”.
“El cargo de consejero está devaluado, pero la importancia es muy trascendente, no solo por el rol de control sobre los fondos para infraestructura, seguridad e higiene, sino también para la motivación de la cooperación escolar”, completó, a la vez que criticó que “estos fondos que vienen de Provincia para infraestructura y comedores escolares son insuficientes, y los del Fondo Educativo, de Nación, no son afectados a las escuelas estatales en Vicente López, porque no hay voluntad política para que así sea”.
González afirmó también que “las escuelas del distrito son añosas, y sufren problemas estructurales muy grandes. En términos de recursos, las escuelas del distrito deberían ser espectaculares, y no lo son”.
“La previsibilidad y la planificación están ausentes y eso es lo que debe modificarse. El Consejo corre atrás de las situaciones como la implementación de la doble jornada en escuelas que no están preparadas para recepcionarla. Es entendible la necesidad de la jornada completa, pero no se puede hacer a los ponchazos, sin tener un comedor o un buen estado edilicio”, criticó.
Por último, González explicó que las propuestas deben hacerse “entendiendo el derroche de recursos se da en el marco de este déficit de planificación” y, en este sentido, ve necesario “un diágnostico integral del estado edilicio de las escuelas, para ponerlas en condiciones, y para involucrar y articular con las universidades entre los estudiantes”.
“Las escuelas están hoy ediliciamente cerradas al barrio, deben estar abiertas para generar condiciones reales de inclusión, para que la comunidad se sienta contenida en ese espacio”, cerró.