En el encuentro surgieron como preocupaciones centrales la salud, la inseguridad, la violencia de género y la higiene urbana. Uno de los presentes especificó que “si vas a la salita no hay guardia, ni traumatólogo, no hay guardia pediátrica para los chicos. Por otro lado, tenemos un hospital re lindo pero los turnos nos los dan a un mes”.
Haciendo hincapié en la inseguridad, uno de los jóvenes contó: “A nosotros que andamos mucho en la calle nos viven parando o, si nos juntamos en una esquina, nos caen patrulleros, nos revisan como si fuésemos delincuentes y no estamos haciendo nada malo, y a los que tienen que buscar los dejan libres. Ni las cámaras son suficientes en las calles”.
Otra de las vecinas, quien sufrió violencia de género, compartió su mirada sobre la inseguridad y la dificultad para hacer denuncias en casos de violencia: “antes podíamos salir a tomar mates a la vereda y hoy nos encontramos con rejas y adentro de nuestras casas. Parecemos presos de nuestra libertad”, y agregó: “Yo soy víctima de violencia. Hice 20 denuncias y tenía una perimetral y tuve que llamar 12 veces a la policía –al 911- para que vengan a ayudarme y aparecían a la media hora. En la comisaría, si no tenés un golpe no te toman la denuncia tampoco”.
Al respecto, Marcela Durrieu, referente también en cuestiones de género, explicó que “desde el Frente Renovador tenemos como política resolver los problemas más graves de las mujeres. El año pasado había una mujer muerta cada 30 horas, hoy es una por día. Encima va en aumento y no hay soluciones”.
La presidenta del bloque del FR en San Isidro, hizo referencia a la campaña que vienen impulsando para que haya más mujeres en la Justicia y en la Corte Suprema: “venimos empujando, para el conjunto de las mujeres y para el conjunto de los problemas de las mujeres, políticas que ayuden a poner a la mujer en el lugar que corresponde. Por eso es importante transformar la Justicia, y por eso es importante que haya mujeres en la corte. Si todos trabajamos codo a codo para mejorar las situaciones, es mucho mejor”.
Finalizando el encuentro, el senador Galmarini expresó que “hay que ocuparse de los problemas que hay en la localidad. Lamentablemente la presencia de armas y droga en las calles crece cada vez más, y hay que trabajar para detener esta ola”.
“Estamos convencidos de que la función pública no nos da ningún derecho, para mí es un deber estar junto al vecino para ayudarlo”, concluyó Galmarini.
