Galmarini: “En San Isidro no existe una política de asesoramiento para los clubes de barrio”

El senador provincial del Frente Renovador entregó la personería jurídica al Club y Sociedad de Fomento Central Pringles, en presencia de autoridades y socios, encabezados por su presidente Beto Enrique. El encuentro fue con un asado para celebrar la regularización de la institución que actualmente tiene 150 socios, muchos de ellos vitalicios.

El legislador sanisidrense Sebastián Galmarini visitó el club de Martínez junto a los concejales del Frente Renovador Gonzalo Beccar Varela, Marcela Durrieu y Juan Medina, para hacer entrega de la documentación correspondiente para que se reconozca al Club y Sociedad de Fomento Central Pringles, según la legislación vigente, como persona jurídica.

Las autoridades y socios recibieron a los referentes con un asado como motivo de celebración de la obtención de este requisito legal, que permite la regularización de la institución que actualmente tiene 150 socios.

“El año pasado, cuando nos acercamos por primera vez al club, la comisión directiva nos transmitió su preocupación por las dificultades que les generaban no tener actualizados los papeles”, comentó Galmarini, y añadió: “Ahora, las autoridades del Pringles podrán crecer, podrán gestionar la tarifa social para pagar los servicios públicos y otro tipo de ayudas, como subsidios que ofrecen diferentes organismos públicos”.

“El primero de los subsidios que gestionará el Club Pringles será el del Senado bonaerense para impulsar sus proyectos deportivos. Conocemos los esfuerzos enormes que hacen los clubes de barrio para afrontar sus gastos, y con la cuota de los socios no siempre alcanza”, adelantó Galmarini.

Las autoridades del Pringles destacaron el rol del club, "un lugar de referencia de los vecinos de Martínez por su rica historia”, donde además de ofrecer escuela de baby fútbol, taekwondo, “fomentamos actividades sociales, no rentadas, como tango y folklore. Esa es la función del club”.

“Nuestro compromiso es ayudar a que los clubes de barrio puedan crecer y puedan manejarse de manera autosustentable. En San Isidro no existe una política para lograr que cada club, cada sociedad de fomento, cada ONG, pueda tener asesoramiento para poder tener al día toda su documentación en regla. La función social de estas instituciones es clave para socializar a nuestros hijos, fomentar el deporte, la inclusión y alejar a los chicos de los peligros que tiene la calle”, finalizó Galmarini.

 

Fuente: Prensa Frente Renovador