Hacían entraderas en San Isidro y con la plata pusieron una fiambrería

Compraron un local en pleno centro de San Fernando. Allí escondían armas y dos granadas de fabricación casera. Además, les encontraron papeles con datos sobre las futuras víctimas. Hay dos detenidos.

 

Uno de los sospechosos ya había sido identificado. Pero en lugar de arrestarlo, los investigadores decidieron intervenirle todos los teléfonos para seguir juntando pruebas. Fue así como localizaron a uno de sus cómplices y supieron, además, que habían invertido el botín de sus robos en la compra de una fiambrería. Fueron dos los detenidos, pero hay certezas de que la banda, dedicada a cometer entraderas en la zona norte del Conurbano, está integrada por más asaltantes.

La investigación había empezado en febrero, tras el robo en una casa de San Isidro. Los detenidos quedaron acusados de tres hechos, pero se cree que el listado de golpes es mucho más extenso.

Hubo cuatro allanamientos, todos realizados la semana pasada en San Fernando y Tigre. En los tres primeros procedimientos secuestraron una cantidad llamativa de electrodomésticos, teléfonos celulares, joyas, ropa de marca, computadoras de todo tipo, armas, municiones y handies con frecuencia policial.

Los dos sospechosos fueron detenidos en el cuarto operativo. Detrás de “La Picadita”, una fiambrería ubicada en 9 de Julio al 1100, pleno centro de San Fernando, se escondía uno de los “aguantaderos” de la banda. Los investigadores de la DDI de San Isidro y el fiscal Patricio Ferrari –a cargo de Area de Investigaciones Criminales de ese distrito– tienen la certeza de que ese comercio fue comprado con la plata que juntaron en las entraderas: aunque hasta el momento les pudieron comprobar tres golpes, fuentes del caso aseguran que habrían cometido al menos diez.

Al llegar el local, la Policía se encontró con más armas y con dos granadas de fabricación casera que habrían sido utilizadas durante los asaltos. Además, hallaron documentos en los que se planificaban nuevos golpes.“Secuestramos hojas manuscritas con un montón de domicilios y los autos que había en esas casas. La banda hacía inteligencia previa”, detalló a Clarín una fuente del caso.

Uno de los detenidos estuvo preso hasta septiembre de 2014 –condenado a siete años de prisión por robo calificado– y salió tras recibir el beneficio de la libertad condicional, otorgado por la Justicia de Ejecución Penal de San Martín.

El otro acusado tiene un hermano preso en Magdalena por un hecho sucedido en mayo de 2014 en Martínez que llamó mucho la atención de la Policía: había cometido una entradera y llevaba un fusil de alta tecnología M5 con mira láser, con poder de fuego como para perforar patrulleros blindados.

Los tres robos que, por ahora, le imputan a la banda sucedieron este año en el partido de San Isidro. El primero ocurrió el 13 de febrero pasado, en una casa ubicada en Juan B. Alberdi al 500. La dueña estaba almorzando en la cocina junto a sus hijos cuando vio entrar a los albañiles que trabajaban en el chalé haciendo reformas. No venían solos: caminaban amenazados por dos asaltantes. Uno de ellos de ellos fue a la planta alta con la mujer y la obligó a abrir la caja fuerte. Se llevaron $ 5.000, US$ 3.000 y computadoras. “Castigo o Muerte”, decía el tatuaje que tenía uno de los ladrones.

El segundo asalto fue el 1° de abril en un chalé ubicado en Federico Chopin. La dueña estaba en la vereda y dos hombres la forzaron a entrar en la casa. Robaron $ 7.000 y subieron gran cantidad de electrodomésticos en una camioneta Chrysler Caravan de la familia, con la que huyeron. El vehículo fue encontrado más tarde en Boulogne y sería clave para la investigación

El tercer caso fue el 8 de abril, en Haedo al 100. La empleada doméstica barría la vereda y al darse cuenta de lo que pasaba intentó correr. La agarraron de los pelos: “Quédate quieta”, le dijeron. La dueña estaba en la cocina. Las víctimas fueron encerradas en un baño y los ladrones empezaron a recorrer el lugar: se llevaron $ 7.000, alhajas, dos armas y computadoras.

En la camioneta que la banda robó para escapar en el segundo caso, la Policía Científica había logrado levantar una huella dactilar que pertenecía a uno de los dos asaltantes. Lo pudieron identificar porque en 2009 había sido detenido por casos similares.

A ese hombre fue al que le intervinieron los teléfonos y así descubrieron que la banda había montado una fiambrería. Un local atendido por sus propios dueños.

 

Fuente: Clarín