Por: Darío Guadaluoe
Hace apenas un par de meses (25 de julio para ser exactos), Tigre le ganaba a Sarmiento en Junín y llegaba a la suma de 31 puntos ubicándose en los primeros puestos de la tabla. Todo era felicidad y regocijo. El equipo jugaba bien, sacaba resultados y nadie discutía al plantel. Ahora, con la victoria de la fecha pasada frente a Godoy Cruz, que Tigre registra cinco derrotas en los siete partidos siguientes, todo está mal. Se cuestiona al técnico y a varios jugadores, no se juega a nada y Tigre es de lo peor del campeonato. La fiel cara del resultadismo argentino que invade el futbol de éstos pagos. Ahora bien, ¿Cuánto de razón hay los cuestionamientos al rendimiento del conjunto de Gustavo Alfaro?
De los últimos siete partidos oficiales, cinco fueron derrotas: dos de local, dos de visitante y una en campo neutral. Algo está fallando. Pero no hay que ser dramáticos. En esos partidos se dieron casos particulares, como contra Huracán o Quilmes que fueron circunstancias únicas en las que al rival le salió todo y a nosotros, nada. Las lesiones también tuvieron su protagonismo, devastando la defensa titular y obligando al entrenador a recurrir a experimentos para salir del paso.
Es verdad, Tigre juega mal. Pero hasta hace poco era uno de los equipos más parejos del campeonato. Se puede volver a eso. Sólo hay que tener memoria de cómo estábamos. Y si hay alguien que tiene memoria y vivió de todo, es Nazareno Scialpini, reconocido periodista e historiador de Tigre, hincha confeso del club, que en una entrevista con Solo Tigre, nos comenta su opinión al respecto:
“Por cuestión de edad y trabajo, en todo momento, estuve acompañando las vicisitudes tigrenses. Con todo el viento a favor, Tigre, una institución que en los años cuarenta llego a ser considerada, entre sus pares, una de las poseedoras de mayor patrimonio propio, a fines del siglo pasado y comienzo del actual se encontraba en absoluta decadencia social, deportiva y económica. Declive que en la última década, se revertió drásticamente, catapultando raudamente a Tigre a los excelsos niveles que nunca debió abandonar.
Este presente nos muestra flaquezas extrañas. Los refuerzos llegados no son tales como lo esperábamos, y las figuras emblemáticas no producen como otrora. Espero que quienes cobran para hacerlo, encuentren el rumbo oportunamente pregonado. Material humano hay y lo demostraron con buenos resultados hasta no hace mucho. Sólo un mes atrás.
Tan simple como, hace un mes atrás. Sólo hay que tener memoria.