Adolf Eichmann es mundialmente reconocido por haber sido uno de los artífices de los mayores genocidios del planeta: la Solución Final, el proceso mediante el cual el régimen nazi encabezado por Adolf Hitler decidió el exterminio de más de nueve millones de judíos en Europa. Eichmann era el encargado de la logística y el traslado de prisioneros a los campos de concentración.
Una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, Eichmann fue tomado prisionero por el ejército de Estados Unidos, pero logró escapar a Alemania, donde años después, obtuvo un salvoconducto para recluirse en Argentina, que utilizó a mediados de los '50. Llegó al país bajo el nombre falso de su visado, Ricardo Klement, y se instaló primero en Capital Federal, en un hotel de inmigrantes, luego en Tucumán y, finalmente, en nuestra zona norte del conurbano, en el año 1952.
Comenzó a alquilar en Olivos, en una vivienda en la calle Chacabuco, mientras trabajaba en la fábrica Orbis, de estufas y cocinas. Al poco tiempo, pasó a la empresa Mercedes Benz, como gerente, en el marco de lo que se dice formaba parte de un intento de reubicación de ciertos alemanes nazis que se encontraban en el país. Como gerente de la empresa de automóviles, vinculada por ese entonces al Tercer Reich, logró construir una casa en San Fernando, más precisamente en la calle Garibaldi 14, lo que actualmente es Garibaldi 6061, en la localidad de Virreyes, muy cerca de barrio Bancalari. Aquí comienza nuestra historia.
Operación Garibaldi: la detención de Eichmann
Luego de un aviso a un reconocido cazador de nazis por parte de su amigo, vecino del genocida, comenzó el proceso conocido como Operación Garibaldi, para atrapar al jerarca nazi. El Mossad, servicio de inteligencia israelí, encabezado por Isser Harel, se puso tras Eichmann, hasta que logró dar con él el 11 de mayo de 1960.
A las seis de la tarde, el jefe nazi devenido en gerente de una empresa en Argentina salió de la fábrica de Mercedes Benz y tras una combinación de colectivos llegó a tomar el 203, que lo llevaría hasta la ruta 202, desde donde caminaba hacia su casa. Esa noche, pasadas las ocho de la noche, agentes del servicio israelí lo esperaban simulando averías en dos autos: capot abierto y balizas puestas. Cuando Eichmann pasó por allí, lo capturaron. Luego de algunos días preparando el escape, los agentes lograron sacarlo del país a Israel, donde fue juzgado por los crímenes cometidos en el Holocausto y muerto en la horca.
Con dos nuevos films, la historia se reinventa
La película que dentro de poco podrá disfrutarse en pantalla será Operation Finale, que se estrenará el próximo 29 de agosto en todo el mundo, aunque se calcula que el estreno en nuestro país será días después. El papel protagónico lo encarna Ben Kingsley, quien ya había interpretado a una de las víctimas de Eichmann en La lista de Schindler. Allí, se narra más puntualmente como fue el desembarco de los servicios israelíes en San Fernando, y como se llevó adelante, con lujo de detalles, la Operación Garibaldi.
La película que ya puede verse en cartel es El vecino alemán, de Rosario Cervio y Martin Liji, que se proyecta los domingos de agosto en el MALBA, a las 20 horas. Se trata de un documental ficcionalizado que se focaliza en la vida de Eichmann en Argentina, desde la visión de Renate Liebeskind, una joven traductora alemana que vive en la Argentina, y que cincuenta años después del juicio es contratada para traducirlo al castellano. Utilizando los procedimientos de registro clásicos del documental e incorporando material de archivo, El vecino alemán narra, a través de los ojos de Renate, la rara y poco común vida de Adolf Eichmann en nuestro país y su singular defensa durante el juicio en Jerusalén.