Por Agustín Kazah *
El martes pasado en el programa “Animales Sueltos” el periodista Eduardo Feinmann denunció irregularidades en gastos de alojamientos, reformas y mobiliarios del Instituto de Cine y sus escuelas. Aunque el informe estaba plagado de errores e inexactitudes que conocemos los que pertenecemos al sector audiovisual, el hecho, de comprobarse, no carece de gravedad. Tal es así que el presidente del INCAA, Alejandro Cacetta fue separado de su cargo por orden directa del Ministro de Cultura, Pablo Avelluto. Las sospechas de corrupción recayeron además sobre Pablo Rovito, director de la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC). La investigación continua en la Oficina Anticorrupción pero la información filtrada por el programa de America TV ha difamado a varias personalidades, lo que provocó una defensa unánime de todo el sector audiovisual al INCAA como entidad. El jueves, en una asamblea autoconvocada, cerca de mil personas se manifestaron en defensa del cine nacional y discutieron puntos esenciales de nuestra cinematografía.
Allí advirtieron que detrás de la denuncia realizada en "Animales Sueltos" se mueven intereses políticos. La industria se puso en estado de alerta debido al interés de la Oficina Anticorrupcion de realizar una "reforma integral" en el INCAA. Sin embargo el Ministro de Cultura anunció que la investigación tiene por fin solamente la transparencia en la gestión.
Repasemos un poco. La relación del Instituto de Cine con el Gobierno ya venía tensa desde principio de año debido a un proyecto encabezado por el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, de bajar algunos impuestos, entre ellos el que responde al 10% en las entradas de cine. El mismo contribuye directamente a la producción local. Esto presuponía una política de ajuste, atentando contra la Ley de Cine y el Fondo de Fomento Cinematográfico. Vale aclarar que esta industria cuenta con subsidios para poder existir, los cuales no proceden directamente del Estado, sino de la propia actividad cinematográfica. Es decir, una estructura que se autosustenta, generando miles de puestos de trabajo calificado al año.Por otro lado, el Ministro Avelluto había alertado a Cacetta de desplazar del INCAA a funcionarios que provenían del kirchnerismo y eran cercanos a La Cámpora. Cacetta se negó a realizar una caza de brujas guiada por la lógica de la grieta y pagó las consecuencias.
En este sentido actitudes como las de Avelluto fueron interpretadas como peligrosas. Es importante que la Oficina Anticorrupción continúe investigando si hubo o no malversación de fondos y cual es la responsabilidad de la cúpula del INCAA ante los hechos. Pero resultaría muy penoso y un acto inconstitucional intervenir el Instituto de Cine y sus escuelas. En la asamblea del jueves se hizo hincapié en seguir el camino de la institucionalidad, apegándose a lo que indica la Ley de Cine, contemplando la autarquía del INCAA y la conformación del Fondo de Fomento Cinematográfico. El país necesita del consenso y el respeto por las instituciones. Esperemos que así sea.
* Agustín Kazah es cieneasta, director de la productora Rueguet Films, productor de ciclos de cine en distintos espacios culturales de la región norte, y columnista de cine en QuePasa Noticias .